Asumir más riesgos

El miércoles en la Reunión Nacional de Consejeros Regionales de BBVA, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, les dijo a los banqueros que deberían asumir más riesgos a fin de otorgar crédito a los clientes. Los banqueros respondieron que no es un problema de oferta, sino de demanda. De manera textual, el presidente de la Asociación de Bancos de México, Luis Niño de Rivera, dijo: “la banca sí está prestando, que las personas y las empresas decidan no tomar crédito en este momento es una señal de prudencia”.

Ayer por la mañana le preguntaron al Presidente de la República y respaldó al líder del gremio bancario al afirmar que las personas están siendo cautelosas con el crédito debido a la crisis.

Además, alguno de los asistentes a la Reunión de BBVA se habrá mordido la lengua para no pedirle al secretario Herrera que él también tome más riesgos e imponga con más acertividad su visión en algunos temas, como la necesidad de poner pausa a algunos proyectos de dudosa rentabilidad o tener prudencia frente a la posibilidad de la intensificación de casos covid-19 en México, sobre todo tomando en cuenta lo que ya está ocurriendo en Europa y en Estados Unidos.

El país ganaría mucho si el secretario Herrera tomara algunos riesgos para defender e impulsar sus puntos de vista, dado que tiene una gran divisa para hacerlo y ésa es la estabilidad económica que aporta a la actual administración, como consecuencia de su credibilidad. Prueba de ello es el que haya sido nombrado presidente de la Junta de Gobernadores del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, o el respaldo que dio a Alejandro Werner, director del FMI para el Hemisferio Occidental, al afirmar que México no va a tener un deterioro en sus finanzas públicas a pesar de la crisis.

Arturo Herrera carece de una característica que marcó a muchos de sus antecesores, la soberbia, y eso juega a su favor como titular de esa cartera frente a la enorme crisis que atraviesa México. A diferencia de otros funcionarios —que ante decisiones controvertidas como puede ser el caso de los fideicomisos, la ausencia de medidas contracíclicas sustanciales o las proyecciones de crecimiento del Paquete Económico, el secretario Herrera no se ha convertido en un villano, a ello también contribuye que no argumenta desde los absolutos ideológicos y que el ego no sea el resorte que lo mueve, lo cual es un gran activo, sobre todo porque le aporta capital político al Presidente en sectores clave.

Claramente, la Secretaría de Hacienda tiene un diagnóstico razonable del panorama económico, por ejemplo, el subsecretario Gabriel Yorio dijo, en el foro que organizó la Bolsa Institucional de Valores, que la economía no llegará a sus niveles de 2019, sino hasta en 2 o 3 años. Aunque parece relativamente optimista, es mucho más realista que hablar de una recuperación para el próximo año. Saber eso conlleva decisiones específicas que con un poco más de riesgo podrían permear hasta el centro de la toma de decisiones en Palacio Nacional.

 LA PRÓXIMA PRESIÓN

No importa quién gane la elección presidencial en Estados Unidos el próximo 3 de noviembre, es evidente que una de las primeras presiones que va a enfrentar México tendrá que ver con el tema energético, que en la semana que termina provocó que Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, la compañía eléctrica privada más grande del país, dijera que no van a invertir cinco mil millones de dólares entre 2020 y 2025. A ello hay que sumar una carta bipartidista de legisladores estadunidenses al presidente Trump en la que expresan su preocupación de que los cambios energéticos en México vayan en contra del espíritu del Tratado México-Estados Unidos y Canadá.