China recalculando

En octubre pasado, en el marco del XX Congreso del Partido Comunista, Xi Jinping alcanzó un hito al lograr un tercer mandato al frente de la nación asiática y concentrando un poder sólo equiparable al que tuvo Mao Zedong. Sin embargo, unas semanas después surgieron las mayores protestas desde 1989 en contra de las duras políticas cero covid-19, mediante las cuales se aplicaban confinamientos muy severos que tuvieron efectos económicos y sociales muy negativos. Es difícil saber cuál es el sentir social de China por el sofisticado y distópico aparato de vigilancia que ha logrado desarrollar gracias a las nuevas tecnologías, pero es evidente que hay cierto grado de efervescencia, lo que llevó al presidente chino a dar vuelta en U que, a su vez, ha disparado el número de casos de covid-19 y que ha hecho visible que si bien la respuesta inicial frente a la pandemia fue extraordinaria el exceso de confianza y la negligencia llevaron a que se abriera un flanco de vulnerabilidad por vacunas poco eficientes y un programa de vacunación acotado.

Como reflejo de lo anterior, esta semana se dio a conocer que la economía china avanzó apenas 3%, lo que significó el menor ritmo de crecimiento en más de 50 años, sin considerar 2020 el año de covid-19. Al impacto económico del cero covid-19 hay que sumar una política que desincentivó la proyección de las empresas globales de ese país, lo cual fue claro cuando a finales de 2020 frenó la Oferta Pública Inicial de la enorme entidad financiera, Ant Financial que fundó Jack Ma. Más allá de la mala relación entre Xi y Jack Ma, en los últimos dos años, el presidente chino comenzó a limitar a las empresas de su país al mismo tiempo que con Biden quedó claro que la nueva dinámica de mayor rivalidad con Estados Unidos no era una ocurrencia de Donald Trump, sino una nueva fase que ha dado lugar a una incipiente segunda Guerra Fría. En diciembre, el gobierno de Biden anunció que limitaría la exportación de tecnología de microprocesadores de última generación con el objetivo de mantener la supremacía tecnológica. Por si lo anterior no fuera suficiente, China está tratando de manejar una enorme crisis inmobiliaria para lograr que el colapso se dé en cámara lenta y no de manera acelerada, impactando de manera más severa a la economía.

Los retos en el mediano y largo plazo no son menores también en esta semana se dio a conocer que la población disminuyó en 850 mil personas, por primera vez desde 1961 murieron más personas de las que nacieron en China.

LIU HE EN DAVOS

Ante este escenario es evidente que China está recalculando y corrigiendo, frente a los asistentes al Foro Económico Mundial, el viceprimer ministro Liu He dijo que su país volverá a normalizar su crecimiento a través del desarrollo de la demanda doméstica, manteniendo las cadenas de valor funcionando de manera suave, apoyando la innovación y el desarrollo del sector privado, así como continuar con las reformas de las empresas del Estado, atraer más Inversión Extranjera Directa y desactivar los riesgos financieros. Además, el número dos del gobierno chino descartó que se estén moviendo hacia una economía centralmente planificada y fue muy claro al decir que la apertura siempre ha sido un catalizador de reforma y desarrollo, así como la clave del progreso económico de su país. También, mencionó que mantienen sus objetivos para mitigar el calentamiento global por lo que siguen con su agenda de disminución de emisiones, y que debe preservarse el orden económico internacional.

DESCONGELAMIENTO LEVE

Liu He tuvo un encuentro en Zurich con la secretaria del Tesoro de EU, Janet Yellen, de acuerdo a lo dicho por China le plantearon a la funcionaria estadunidense vigilar que sus políticas en materia de tecnología pueden afectar a los dos países, aunque lo anterior no fue consignado en el registro del encuentro que publicó el Tesoro de EU.

LA OPORTUNIDAD PARA MÉXICO

La relación de China y Estados Unidos se descongeló un poco en el invierno suizo, aunque no parece que vaya a regresar a una fase anterior de restauración de los lazos económicos, lo cual mantiene abierta una enorme oportunidad para México como vínculo entre las dos mayores economías del planeta. En palabras de Larry Fink, presidente de Blackrock, el mayor fondo de inversión del mundo, la Unión Americana cuenta con la enorme ventaja geopolítica de tener el Pacífico, el Atlántico; al norte a Canadá y, al sur, a México.