Kavak y un macaco en el kilómetro dos

¿Que tienen en común un unicornio y un chango macaco? Tienen en común la enorme ambición que dibuja nuestro futuro. Los míticos unicornios son una metáfora para referirse a los emprendimientos que logran una valuación de mil millones de dólares o más. En México el primer unicornio, y hasta ahora único, es Kavak la empresa de compra-venta y financiamiento de vehículos usados, cofundada en 2016 por Carlos García Ottati.

En octubre del año pasado, Kavak anunció que alcanzó una valuación de mil 150 millones de dólares en una ronda con varios fondos de capital de riesgo. Y ahora, apenas cuatro meses después, evolucionó de unicornio a pegaso ya que captó 485 millones de dólares, lo que llevó su valuación a 4 mil millones de dólares.

Lo que más me sorprendió del anuncio no fue la rapidez con la que volvieron a levantar recursos, dado que tienen ante sí un enorme mercado de autos usados — tan sólo en México, tiene un valor de 60 mil millones de dólares, en Brasil de más de 100 mil millones de dólares y Argentina, 20 mil millones de dólares— y que, además, se alimenta de la enorme oportunidad que hay en el aspecto del financiamiento. Lo sorprendente para mí es la ambición. Al conversar en Imagen Radio con Federico Ranero, quien dejó el liderazgo de Uber en México para integrarse a Kavak como director de Operaciones, me dijo que él le dijo a su equipo que celebrar la valuación es equivalente a un corredor que se pone a festejar el tiempo logrado en el kilómetro dos durante un maratón.

No es menor situarse en el kilómetro dos cuando acabas de lograr una valuación de 4 mil millones de dólares.Para dimensionar, Volaris y su flota de 86 aeronaves tiene una valor de capitalización de mercado de mil 812 millones de dólares. Es comprensible la valuación de Kavak al considerar que, de lograr conquistar tan sólo 20% de los mercados de México, Argentina y Brasil estamos hablando de un negocio de 36 mil millones de dólares, a lo que habrá que sumar que no tardan en desembarcar en Europa. Kavak es el tipo de empresas que está transformando al ecosistema emprendedor mexicano y que va a transformar al menos la forma en la que se compran, se financian y se venden automóviles.

Ahora vamos con Pager, el macaco de pelaje castaño que se hizo mundialmente famoso al aparecer en un video jugando Mind pong paddle. El juego está inspirado en pong, que es un ping pong electrónico muy básico. Lo sorprendente es que Pager tiene un implante en la cabeza que cuenta con 1024 electrodos, los cuales captan sus patrones neuronales y los transmiten a un aparato que los interpreta y luego mueve el cursor. No es la primera vez que aparece una interfase entre la mente y una computadora. En 2008, en el programa de noticias 60 Minutes presentaron al doctor Jonathan Wolpaw, quien diseñó un sistema similar que le permitía a las personas con algún tipo de impedimento cerebral, hablar por medio de una computadora que recoge sus patrones neuronales. La diferencia es que Pager, el macaco, juega con un sistema desarrollado por Neuralink, una compañía que pertenece a Elon Musk, el prolífico emprendedor que fundó Tesla y SpaceX. La visión y capacidad de ejecución que tiene Musk hacen que negocios que parecen de ciencia ficción se conviertan en la punta de lanza de una nueva tendencia altamente rentable en el plazo de una década. Pager el macaco se encuentra en el kilómetro dos de lo que será una tecnología revolucionaria, la cual, antes de dos décadas, podría convertirse en una realidad cotidiana. Así como una persona que nació en 1900 observó la evolución del telégrafo a la televisión, y del ferrocarril a ver los viajes hacia la Luna, a las generaciones actuales nos pasará igual y nos costará trabajo reconocer el kilómetro 45 de estas tendencias. La pregunta es: ¿Cómo país seremos espectadores o corredores? Emprendimientos como el de Kavak y otros más muestran que, con todo y todo, sabemos correr.