Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

29 May, 2021

Las rebanadas del T-MEC

Justo un día después de que Tatiana Clouthier, secretaria de Economía, concluyó el primer diálogo con respecto al seguimiento del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) con sus contrapartes de esos países, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, participó en un foro del Banco Mundial, que trató acerca del libre comercio y la distribución de ingresos. En dicha tribuna, Arturo Herrera mencionó que en México la distribución de la riqueza ha sido muy desigual y con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio América del Norte no sólo no disminuyó dicha brecha, sino que incluso hubo una divergencia y puso como ejemplo a uno de los municipios más pobres del país, en Chiapas, en contraste con uno de los más prósperos, en Nuevo León, y agregó que para cerrar esa brecha el gobierno ha impulsado programas como Jóvenes Construyendo el Futuro y han llevado inversión en proyectos de infraestructura al sur del país. Al revisar los datos del PIB a nivel estatal se puede ver que las entidades que han logrado conectarse de manera exitosa a la manufactura de exportación o a la producción agrícola han generado más riqueza, pero es importante aclarar que eso no implica que ello haya ocurrido a costa de los estados del sur. De manera simple se puede decir que con el libre comercio el pastel se hizo más grande y todas las entidades incrementaron su rebanada, pero no en la misma proporción.

Por ejemplo, si se compara a Chiapas con Querétaro, se puede observar que en 1980 la economía queretana representaba 1.3 por ciento del PIB nacional, mientras que Chiapas representaba 2.07 por ciento. Para el año 2000, apenas cuatro años después de la entrada en vigor del TLCAN, la economía queretana creció a 1.6 por ciento como porcentaje del PIB, mientras que la de Chiapas fue de 1.88 por ciento. Ya en el año 2020, Querétaro representó 2.18 por ciento de la economía nacional y Chiapas 1.40 por ciento. De hecho, en el año 2012 Querétaro superó a la economía chiapaneca. La pregunta es: ¿El éxito de Querétaro se reflejó en un mayor bienestar de la población del estado y cómo se compara con Chiapas? Una forma de contestar la pregunta de manera imperfecta, pero sencilla, es observando la evolución del porcentaje de hogares con automóvil, dado que el vehículo es uno de los bienes emblemáticos de las clases medias. Aquí tomaremos el año 2000 y 2020 con los datos del censo del Inegi. Entre ambos años el número de automóviles en Chiapas creció 238 por ciento y se duplicó el promedio de hogares que tienen uno, para llegar a 21 por ciento. En el mismo periodo, en Querétaro creció el número de vehículos 278 por ciento, pero el número de hogares con un bien de este tipo pasó de 35 por ciento en 2000, a 58 por ciento en 2020. Evidentemente, como dijo el secretario Herrera, hay muchas variables que explican las diferencias, como el porcentaje de población indígena en Chiapas que tradicionalmente ha sufrido de discriminación y por lo tanto ha enfrentado todo tipo de barreras, sin embargo, muestra que el pastel creció para las dos entidades, sólo que la rebanada de Chiapas creció a un menor ritmo que la de Querétaro.

Otro ejemplo puede resultar al comparar Tabasco y Aguascalientes. En 1980, Tabasco representaba 3.4 por ciento del PIB, mientras que Aguascalientes 0.65 por ciento. Sin embargo, para 2020 el estado del sur representó 2.42 por ciento y el porcentaje de Aguascalientes se duplicó.

Es obvio que no se puede hacer un análisis lineal y que se deben considerar factores políticos y sociales, así como las diferencias geográficas y la vocación económica de cada entidad. Sin embargo, es clave entender que un estado no le quitó parte de su rebanada a otro como consecuencia del libre comercio. Más bien, el pastel ha crecido bastante más gracias a ello, pero persisten las distancias en calidad de vida y prosperidad. La clave para cerrar la brecha es apostar a proyectos con lógica de mercado y rentabilidad sostenida que ayuden a dichos estados a integrarse a la región Norteamérica, no necesariamente con manufactura, poniendo en el centro del objetivo una mejora en el nivel de vida, como ha ocurrido de manera exitosa en varios estados del país. Claro que ello no tiene que ver con transferencias a los jóvenes, trenes insolventes o refinerías obsoletas antes de inaugurarse.

 

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