Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

5 May, 2021

Libertad de vacuna

Vacunarme fue anticlimático, no hubo bailes ni porras, tampoco me dieron la bienvenida ni me desearon mucha suerte, el proceso fue eficaz y rutinario. En el área de farmacia de un supermercado HEB, una amable dependienta verificó que estuviera en una lista en donde me había registrado un día antes, llené un cuestionario médico y, cinco minutos después, un piquete doloroso y ya estaba vacunado. Aunque el proceso es breve, es producto de un gran esfuerzo científico y político ante una de las crisis más significativas que ha enfrentado la humanidad. La vacuna que me inocularon fue desarrollada por Janssen Pharmaceutica, que es la división europea de J&J, una de las compañías que recibió 456 millones de dólares bajo el programa Warp Speed del gobierno de Estados Unidos, que buscó financiar diversos esfuerzos para desarrollar una solución para prevenir el padecimiento severo ocasionado por el virus SARS-CoV-2. La rapidez con la que se desarrollaron las vacunas es la quintaesencia del mundo actual, comenzando porque fue a través de un tuit que los científicos chinos difundieron toda la información genética del virus y ello permitió que sus colegas del resto del mundo comenzaran a estudiar al patógeno y a trabajar en la vacuna. Además, el desarrollo implicó a investigadores de varias partes del mundo y a plataformas que se venían desarrollando desde tiempo atrás, como la tecnología del ARN mensajero, clave para Pfizer y Moderna,

o adenovirus, que fue la plataforma con la que Janssen ya había tenido grandes avances en contra del VIH, zika y el ébola. En cuanto a la producción, también se trata de cadenas de suministro globales, por ejemplo, en el caso de la vacuna de Pfizer, los componentes provienen de 19 países y no es diferente con los medicamentos de otras compañías. En la dimensión política, resulta asombroso que un cambio de liderazgo, de Trump a Biden, haya hecho una diferencia tan grande en tan poco tiempo.

 

TURISMO DE VACUNA

En mi caso, la decisión de ir a vacunarme a Estados Unidos fue sencilla, una vez que el gobierno de Biden abrió el proceso a todos los adultos sin importar su origen; por si las dudas, le dije al oficial de migración que la razón de mi viaje era vacunarme e ir de compras. En la Unión Americana, cada estado define sus lineamientos y políticas de vacunación y, por ello, no me resulta sorpresivo que varias entidades hayan abierto las puertas de par en par para los turistas internacionales, una vez que tuvieron suficiente abasto de vacunas. Menos me sorprende que muchos de estos estados son los favoritos del turismo mexicano y es que un dato poco destacado es que el segundo país que aporta más turistas internacionales a Estados Unidos es México, únicamente superado por Canadá. En 2019, un total de 18 millones 100 mil mexicanos fueron a la Unión Americana en calidad de turistas, lo que significa un 22% del total y supera al conjunto de los seis países que le siguen en la lista. El caso específico de Texas es todavía más obvio, dado que el turismo mexicano es el principal de la entidad y dicha actividad, al menos hasta 2019, sostenía un millón 300 mil puestos de trabajo y representó un gasto directo de 82 mil 900 millones de dólares e indirecto de 169 mil millones de dólares. Para Texas, el sector turístico es la segunda mayor industria orientada a la exportación después del petróleo.

 

CRÍTICA ABSURDA

No entiendo mucho la lógica de los que critican a aquellos que hemos ido a vacunarnos a Estados Unidos, por un lado, utilizamos nuestros recursos y nuestra libertad para hacerlo y, con ello, contribuimos, aunque sea marginalmente, a mejorar la capacidad de vacunación de México. Desde una óptica individual, los beneficios superan por mucho el costo, porque la pandemia sigue y en México todavía es cuestión de varios meses para que me toque, contagiarme o que se contagie mi esposa sigue implicando un riesgo de enfermedad grave y también la posibilidad de tener covid-19 largo. A algunos parece que les molesta la libertad.

 

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