Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

13 Oct, 2021

México, rumbo a la irrelevancia

A diferencia de Arturo Herrera, quien trataba de mantener distancia y silencio con respecto a algunas de las posturas radicales del gobierno, Rogelio Ramírez de la O mostró en Washington que no guardará silencio y se plegará a la narrativa impulsada por su jefe. En un foro con el Atlantic Council le preguntaron acerca de la contrarreforma eléctrica y contestó que en las sociedades de autoconsumo eléctrico hay simulación y abuso, con dicha respuesta siguió la pauta de la Secretaría de Energía, que acusó a las empresas sin presentar pruebas. Como en otros temas, en esta administración hay señalamientos de corrupción que sirven para cumplir objetivos políticos, pero nulos procesos jurídicos o al menos presentación de pruebas.

ANOMALÍAS

Hay dos anomalías en el contexto de la discusión de la contrarreforma eléctrica, el primero es que los mercados de capital no han reaccionado negativamente al planteamiento. La propuesta de cambio constitucional no ha afectado el precio de los títulos accionarios de las empresas señaladas por Rocío Nahle como Walmart de México, ALSEA o Femsa, que se encuentran entre las afectadas por los cambios. El tipo de cambio tampoco se ha movido como consecuencia de la propuesta, la depreciación del peso obedece a factores internacionales, pero no a la contrarreforma eléctrica. Hay dos razones que explican esta desconexión; la primera es que el nivel de atención de los inversionistas internacionales en esta etapa de la iniciativa es limitado y probablemente evalúan que es muy prematuro saber si el partido en el poder logrará convencer a los legisladores suficientes. En un documento de análisis, Moody’s planteó que era poco probable que la legislación fuese aprobada. No obstante, es obvio que hay una buena posibilidad de que Morena convenza a suficientes legisladores priistas por razones judiciales o prácticas. La segunda razón es que el impacto no sería inmediato y es prematuro visibilizar los efectos concretos y estos no serán catastróficos en el corto plazo.

En caso de que se aprueben los cambios constitucionales y que en la legislación secundaria sus efectos sean muy negativos para las empresas energéticas y sus clientes, éstas detonarán conflictos mediante los mecanismos que ofrecen los acuerdos de libre comercio, pero los efectos no serán rápidos. El mayor impacto de la contrarreforma será imperceptible, pero contundente. México no podrá aprovechar la coyuntura en la que Estados Unidos está buscando reorientar y fortalecer sus cadenas de suministro lejos de China y más cerca de sus fronteras, lo que convertiría a nuestro país en un imán para la Inversión Extranjera Directa con muchas oportunidades para las empresas nacionales. Además, el atraso que México tendrá en la transformación de su matriz energética para ir al compás de EU y el mundo, con un creciente énfasis en las energías verdes dejará a nuestro país en un segundo plano como hub de manufactura y nos mantendrá como un mercado de consumo de segunda categoría con apagones constantes.

LA SOCIEDAD

La otra anomalía es que la sociedad no parece registrar el impacto que tendrán los cambios propuestos y es comprensible, dado que se trata de una discusión técnica en las que hay que entender conceptos como porteo, sociedad de autoabasto y kilowatt hora, etcétera. Además, si bien la reforma eléctrica original ha tenido muchas virtudes y atrajo mucha inversión se sobrevendieron sus efectos milagrosos y salvo algunas pocas excepciones, los funcionarios que en su momento plantearon la visión energética e impulsaron los cambios con entusiasmo no se atreven a levantar la voz. Hay una buena posibilidad de que los legisladores que cambien de bando no paguen ningún costo de cara a sus votantes. Además, no me extrañaría que de aprobarse la contrarreforma, en unos meses las empresas eléctricas lleguen a acuerdos de porteo e interconexión con la CFE, las empresas que les compraban energía también lograrán un entendimiento, esperarán no draconiano. Es lógico y comprensible, pero ojalá no acaben yendo con sonrisas y palmadas a firmar en Palacio Nacional como en otras ocasiones mientras el país avanza a la irrelevancia y el estancamiento.

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