Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

2 Sep, 2020

México tiene algo que celebrar

A propósito del Banco de México, un oscuro ensayista escribió: “El pueblo no quiere ver centros de dominio financiero, centros prepotentes, monopolizadores y únicos”, lo anterior fue escrito en la víspera del nacimiento del Banco de México en 1925, pero bien pudo haberlo enunciado algunos de esos personajes que no entienden nada y que asisten a las conferencias diarias del Presidente en Palacio Nacional. A pesar de voces muy ignorantes, el Banco de México generó entusiasmo y adhesión desde su nacimiento, el 1 de septiembre de 1925, según consta en los siete tomos que le dedicó Eduardo Turrent Díaz.

En medio de la peor crisis económica y financiera de la historia reciente del país, México tiene motivos de celebración en la existencia y autonomía de nuestro banco central, que ha permitido que, en lo que va del siglo XXI, hayamos roto con la tradición de tener crisis inflacionarias recurrentes, lo cual no está dado al observar a Argentina, Turquía o Brasil, países también emergentes de alto potencial que no han logrado construir entidades de banca central resistentes al poder político. En enero del año 2000, la inflación en México se ubicaba en 11% a tasa anual y, a partir de ahí, comenzó a bajar de manera continua hasta que, en diciembre de 2001, se ubicó en 4.4% y desde entonces nunca ha estado por encima del 7 por ciento.

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ESTABILIDAD INSTITUCIONAL

Desde que el banco central mexicano logró su autonomía, en 1994, ha tenido únicamente cuatro titulares, mientras otros países, como Argentina, ha tenido catorce; Brasil, nueve, y Turquía, siete, lo cual refleja los cambios que detonan los presidentes de esas naciones cuando los titulares no se pliegan a sus objetivos que, naturalmente, siempre tienden a una política acomodaticia o a utilizar las reservas como fuente de financiamiento del gasto. Por lo anterior, se levantan las alertas cuando se perciben presiones del Ejecutivo hacia el banco central, como cuando el Presidente señaló, hace unos días, que el actual gobernador, Alejandro Díaz de León, habría aprobado préstamos a Pemex cuando era titular de Bancomext, lo cual fue rápidamente aclarado por el gobernador, al mencionar que no había asumido el mando de dicho banco de desarrollo cuando se otorgaron los créditos referidos.

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LOS CAMBIOS

En los próximos 15 meses, el presidente Andrés Manuel López Obrador tendrá la oportunidad de reconfigurar la conformación del banco central, dado que el 31 de diciembre de este año concluye el periodo como subgobernador de Javier Guzmán Calafell, y a finales del próximo año puede terminar el mandato de Alejandro Díaz de León como gobernador, con lo cual López Obrador habrá nombrado a cuatro de los cinco miembros de la Junta de Gobierno, entendiendo que deben ser ratificados por dos terceras partes del Senado de la República. Los dos nombramientos que hizo el Presidente al inicio de su mandato, el de Jonathan Heath y Gerardo Esquivel, me generan tranquilidad, ya que se trata de dos economistas de primera que entienden a cabalidad la naturaleza de la responsabilidad que asumieron y que, al igual que el resto de la Junta de Gobierno, han articulado a fondo los argumentos de sus votos en la definición de tasas. Además, a través de sus cuentas de Twitter, han mostrado la independencia de sus opiniones en temas que van más allá de la política monetaria. En conclusión, mucho que celebrar y reflexionar por estos 95 años de vida institucional y 26 de autonomía. Por el bien de México, larga vida al banco.

 

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