Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

19 Oct, 2022

México, un alebrije entre Thatcher y Xi


 

La política económica e industrial de México se ha convertido en una suerte de alebrije, al igual que la artesanía combina elementos fantasiosos y contradictorios, alas de pájaro con cuello de jirafa y patas de gallina. A diferencia de los alebrijes que guardan cierta armonía y belleza las ideas económicas contrapuestas del gobierno no generan un conjunto estético.

 

LA MAYOR FANTASÍA

El componente más fantasioso del alebrije económico 2022 es la idea de que México va a crecer 3% el próximo año, mientras el mundo se dirige a una recesión global; dicha ambición es todavía más irreal si se considera que Bloomberg dijo que sus modelos de análisis anticipan un 100% de posibilidad de que Estados Unidos padezca una recesión durante los próximos doce meses. A pesar de ello y sin temor a su credibilidad, el subsecretario Gabriel Yorio defendió ante los diputados de la Comisión de Hacienda la proyección de crecimiento de 3 por ciento.

 

THATCHERISMO

Desde que comenzó esta administración mostró características de ortodoxia fiscal dignas del Bundesbank, pero, incluso, superando el ejemplo alemán. Cuando se dio la enorme recesión provocada por la pandemia en 2020, la política del presidente López Obrador fue “el que sepa nadar, que nade y, el que no, lo siento mucho”. No hubo medidas de apoyo para las pequeñas empresas, tampoco exención fiscal, la única medida fue un patito de hule para la tormenta en la forma de créditos a la palabra de 25 mil pesos para unidades económicas formales e informales por igual. Aunque ese conservadurismo fiscal es mejor que la alternativa típica de los gobiernos de izquierda autoritaria de América Latina, ha provocado que, a diferencia de otros países de la región, México todavía tenga una brecha para lograr una recuperación a niveles prepandémicos y considerando que el próximo año habrá una recesión, dificilmente se alcanzará ese nivel en los siguientes años. Lo más extraordinario del alebrije mexicano, es una suerte de thatcherismo que se expresó hace unos días cuando a propósito del acuerdo que alcanzó el gobierno con 15 empresas para buscar controlar los precios de 24 productos de la canasta básica el Presidente afirmó: “Hay otra parte que consiste en darles autorización para que puedan importar alimentos, sin tanto trámite, sin Senasica, sin Cofepris, sin SAT, sin aduana, y que ellos se hagan responsables de importar alimentos de calidad. Y si hay un alimento malo que causa un daño, ellos van a ser responsables, ése es el acuerdo para quitar la burocracia y simplificar los trámites, y que podamos tener alimentos más baratos”. El economista Milton Fridman se sentiría orgulloso.

 

LA DOCTRINA XI

En la década de los 70, Deng Xiaoping apostó a un modelo económico capitalista centralmente planificado que llevó a China a sacar a 800 millones de personas de la pobreza y logró tasas de crecimiento sostenidas de doble dígito, dicho ritmo cambió bajo el liderazgo del actual presidente Xi Jinping, quien decidió frenar el crecimiento de las compañías de su país para limitar la exposición al control de los mercados occidentales y, al mismo tiempo, buscó frenar el poder de los grandes magnates, el ejemplo más visible fue el de Jack Ma, dueño de Alibaba, quien ya no pudo hacer la mayor oferta pública inicial de acciones de la historia de manera simultanea en las bolsas de Hong Kong y Nueva York. Ahora que Xi está en proceso de una histórica ratificación para un tercer quinquenio la Oficina Nacional de Estadística en vez de apostar por los otros datos, optó por no lastimar la narrativa y decidió cancelar la difusión del PIB que se ha visto afectado por la política cero covid. En México, el Presidente contrasta su liberalismo económico a ultranza con la ambición de crear una aerolínea estatal que sería operada por el Ejército como ya ocurre con el AIFA y con el aeropuerto de Tulum o el Tren Maya. Además, la idea de que México debe centralizar toda la inversión y actividad energética tiene el potencial de dislocarlo de la región de Norteamérica, aunque la fijación del Presidente con el tipo de cambio evitará ese destino y el alebrije extraño y a ratos disfuncional seguirá moviéndose con sueños de fantasía.

 

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