Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

18 Ene, 2023

Nueva tecnología, viejas respuestas

 

Así como el 2022 se definió por la invasión a Ucrania por parte de Rusia, el 2023 se va a definir por la adopción extensiva de mecanismos conocidos como inteligencia artificial. El fenómeno más visible hasta hoy comenzó en noviembre del año pasado con ChatGPT, que se refiere a (Generative Pre-trained Transformer), que es un modelo de lenguaje que deriva de las redes neuronales, pero, a diferencia de otros modelos que aplican una traducción secuencial de las palabras, Transformer lo hace de manera paralela con técnicas diferenciadas que le permiten entrenarse con grandes cantidades de palabras, debido a que tiene la capacidad de tomar en cuenta el contexto de las palabras en una oración o párrafo. La primera versión de GPT comenzó en 2018 y comenzó a entrenarse con 117 millones de parámetros, al siguiente año se entrenó con muchos artículos, incluyendo Wikipedia, lo que significó mil 200 millones de parámetros y en su tercera interacción se entrenó con el internet público, que representó 175 mil millones de parámetros y dio lugar a GPT 3. Desde su lanzamiento, el 30 de noviembre, Chat GPT se convirtió en una sensación y, para el 5 de diciembre, ya había alcanzado su primer millón de usuarios, hito que le tomó a Twitter dos años, a Facebook le tomó 10 meses, a Spotify cinco meses y a Instagram dos meses y medio.

 

EL MIEDO Y EL DESPRECIO

Como toda nueva tecnología, Chat GPT ha provocado miedo y no han tardado en surgir las voces que advierten que desaparecerá muchos empleos, incluso en el área de programación. Hace unos días, en The New York Times se publicó una columna que proponía que Chat GPT va a vulnerar la democracia estadunidense debido a que podía hacer un mapa para cabildear con precisión milimétrica a los legisladores relevantes o persuadirlos mediante cartas y correos electrónicos que toquen sus resortes clave, al siguiente día apareció otro artículo que señalaba la crisis que ha significado para las universidades y ponía como ejemplo a un maestro de filosofía que leyó el mejor ensayo de un alumno que confesó que había utilizado dicha plataforma para hacer un espléndido escrito de la postura moral con la prohibición de las burkas, mientras que en otras notas se destacaba el riesgo que implica en cuanto al SPAM y la difusión del discurso de odio.

Otra reacción muy común es observar con cierto escepticismo todo el fenómeno, algunas personas me recuerdan a los que consideraban internet como una moda pasajera a finales de la década del noventa del siglo pasado o la reacción de muchos colegas que pensaban que las redes sociales eran un jueguito aburrido de adolescentes, fueron los mismos que ahora dicen que Instagram es responsable de la depresión de los adolescentes.

 

CRÍTICA FUNDADA

La mejor crítica y advertencia que he escuchado o leído fue la de Gary Marcus, quien es profesor de psicología y ciencias neuronales de la Universidad de Nueva York, en una entrevista en el podcast del periodista Ezra Klein. El catedrático menciona que es importante distinguir que, aunque se trata de modelos de cómputo muy potentes, no dejan de ser una maquinaria de cálculo que predice la mejor palabra que sucede a un grupo de palabras anteriores, pero sin una noción metatextual, es decir, se trata de un cálculo matemático complejo, pero que genera respuestas sin una dimensión cognitiva, lo que entraña algunos riesgos, pero, sobre todo, explica sus errores.

 

EL VÉRTIGO

A poco más de 30 años de la World Wide Web y 16 años del teléfono inteligente, es obvio que la adopción tecnológica avanza a distintas velocidades, pero logran una amplia adopción cada vez más rápido. La velocidad de la inteligencia artificial supera a la de otras plataformas, lo que probablemente generará un choque y las viejas respuestas de rechazo serán más pronunciadas.

 

 

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