A pesar de todo hay oportunidades

Desde el 3 de noviembre de 2016, cuando Trump ganó la Casa Blanca, México parece estar al borde del caos económico, producto de ocurrencias y políticas erráticas afincadas en intuiciones populistas.

Al principio, el caos venía del norte, con Donald Trump amenazando con cancelar el Tratado de Libre Comercio ante la prisa por cumplir con sus promesas populistas de reducir el déficit comercial con sus principales socios, cosa que, por cierto, no ocurrió para fortuna de los consumidores estadunidenses. Después vinieron las amenazas arancelarias de la Casa Blanca para obligar a que México frenara las caravanas migrantes provenientes de Centroamérica. Contra todo pronóstico, el TLCAN se renegoció de manera exitosa, dando lugar al Tratado México Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

De este lado de la frontera, a mediados de 2018, y luego del triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales, vinieron las cancelaciones del aeropuerto y de la planta cervecera de Constellation Brands y la renegociación de los gasoductos.

Cada cierto tiempo surgieron iniciativas legislativas que generaron inquietud, como la que pretendía eliminar de tajo las comisiones bancarias o la que busca obligar al Banco de México a comprar dólares en efectivo, también está la que busca regular las redes sociales o la referida a las cadenas de cine y las plataformas de contenido bajo demanda, para que estrenen más contenido nacional o lleven un porcentaje del mismo en sus catálogos.

Otras iniciativas se hicieron tangibles y, aunque el sector privado logró negociar, se dieron cambios no consensuados, como el tope a las comisiones de las administradoras de ahorro para el retiro. Hay otras reformas pendientes de aprobación, como la reforma a la subcontratación y la de la Industria Eléctrica, la cual fue un relámpago y ha dado por resultado la judicialización del sector.

Con todo y ello, México sigue atrayendo inversiones en ciertos sectores, que ofrecen oportunidades de crecimiento por lo fundamentales que son para el país. Una de estas áreas se da en el comercio electrónico porque, así como ocurre en todo el mundo, se disparó el consumo en nuestro país y dado que México es uno de los 15 principales mercados, dos compañías han anunciado grandes inversiones. Una de ellas es MercadoLibre, la cual dio a conocer que destinará mil 100 millones de dólares para fortalecerse en el país, nada más en 2021, y la otra es Amazon, empresa que ha estado invirtiendo en su logística y centros de distribución, el más reciente de ellos ubicado en Hermosillo, Sonora.

Otra área de mucho crecimiento es el sector fintech, tan sólo la semana pasada Nubank, de Brasil, levantó capital para invertir 135 millones de dólares en México. Mientras, otras empresas, como la plataforma de transacción de criptomonedas Bitso, levantó 62 millones de dólares hace unos meses. Hay otras inversiones que se han anunciado en lo que va del año, como las de Netflix y Disney Plus para generar contenido.

Aunque la inversión como porcentaje del Producto Interno Bruto se encuentra en niveles mínimos, México sigue ofreciendo oportunidades muy atractivas, principalmente en manufactura de equipo de transporte y, por lo tanto, en naves industriales y en el sector residencial medio y medio alto en ciudades medianas del centro norte y norte del país. También crecen las fintech y lo relacionado con la inclusión financiera, así como todo lo que se encuentra vinculado al comercio electrónico, como paquetería, transporte e incluso la industria del cartón. El punto es que, a pesar de toda la incertidumbre, no hay muchos países como México allá afuera, con uno de los 15 mercados de consumo más grandes del mundo, con un perfil demográfico joven, con un nivel de ingresos medios per cápita, con estabilidad macroeconómica, con manufactura relativamente sofisticada y en vecindad con la mayor economía del planeta, la cual se encuentra por experimentar una rápida expansión. Quien sepa buscar, va a encontrar buenas oportunidades.