Romper el negocio del streaming y el cine

Uno de los rituales más comunes en el siglo XXI es el maratón, y dicha actividad podría afectarse de manera significativa en México de aprobarse una iniciativa en el Senado. La actividad a la que me refiero no tiene que ver con el deporte que tiene su origen en la mitología griega, sino a la costumbre que consiste en ver en una sola sesión una serie en televisión o una saga de películas. La costumbre tiene su origen en los ochenta del siglo pasado, pero se detonó a partir de Netflix, que fue la primera plataforma de streaming o contenido bajo demanda. En los últimos años, han surgido nuevas plataformas, como Amazon Prime, Disney+, Paramount Plus, HBO Max, etcétera.

LOS HOGARES

De acuerdo con el Censo 2020 del Inegi, en nuestro país 18% de los hogares cuenta con un servicio de contenido bajo demanda, lo que significa 6 millones 616 mil 141 hogares, que representan el 36% de los que tienen internet. Un dato adicional es que existen un millón 849 mil hogares que tienen contenido bajo demanda, pero no televisión por cable, o sea que decidieron cortar el cable y quedarse únicamente con este tipo de plataformas, que también pueden ser de música. En México, hay 18 millones 307 mil hogares con internet y 15 millones 211 mil con servicio de televisión por cable o satelital, ambas cifras reflejan el enorme espacio que tienen para crecer las plataformas de entretenimiento bajo demanda, sin embargo, este potencial podría deteriorarse significativamente de aprobarse la iniciativa que busca abrogar la Ley Federal de Cinematografía y expedir la Ley Federal de Cinematografía y Audiovisual, que presentó el senador Ricardo Monreal.

LA PROPUESTA

De una manera muy superficial, la iniciativa suena bien y es que, ante la extinción de fideicomisos de todo tipo, incluidos los del cine, algunos consideran que privilegiar los contenidos audiovisuales producidos en México es un paliativo o incluso una posible solución a la crisis que enfrenta este sector. En la propuesta de legislación se busca que el contenido autóctono sea de un 15 por ciento.

LOS PROBLEMAS

La propuesta es inviable para las plataformas de contenido bajo demanda y negativa para las cadenas de cine. En cuanto a las plataformas de contenido bajo demanda, las coloca ante la disyuntiva de acotar su catálogo para cumplir con el 15% de contenidos mexicanos de 25 años o menos o de plano dejar de operar. Lo anterior afectaría a productores, realizadores, camarógrafos, maquillistas y todo lo que una producción conlleva, dado que, tan sólo para este año, Netflix anunció que invertirá 300 millones de dólares para 50 producciones originales en México, y Disney dijo que realizará 21 producciones en el país, sin embargo, ninguna de las dos inversiones cumpliría con los criterios de la propuesta. ¿Qué es lo absurdo de que el 15% del contenido sea mexicano? Un buen ejemplo es Netflix, que tiene un catálogo que, por lo menos, supera los 4 mil títulos, de acuerdo a un análisis que hizo SurfShark a inicios del año pasado, por lo que, para poder cumplir, requeriría integrar unas 600 producciones locales, lo que equivale a las películas mexicanas que se estrenaron de 2014 a la fecha, nada más el catálogo de todo Netflix Originals es esa cantidad. Plataformas como Paramount Plus o HBO Max muy probablemente mejor se irían. En cuanto a las salas de cine, obligarlas a hacer algo que las desvíe de sobrevivir es muy arriesgado; el año pasado, la taquilla cayó 93 por ciento. Creo que el senador Ricardo Monreal, sin duda, puede rectificar y repensar la propuesta, ya ha mostrado flexibilidad al participar en un seminario de la Unesco en el contexto de la iniciativa de las redes sociales.