Señales encontradas

La semana que termina estuvo marcada por dos asuntos: el pesimismo que ha generado en el ambiente de negocios la aprobación de la contrarreforma de la industria eléctrica y, por otro lado, un mayor optimismo con respecto al desempeño económico de este año.

El primer asunto queda retratado por las declaraciones de Valentín Diez Morodo, quien, en su papel como presidente del Consejo de Administración de Citibanamex, dijo que: “están creando una enorme incertidumbre en el desarrollo de la economía nacional”.

El segundo asunto quedó plasmado en la actualización que hizo el Banco de México de su perspectiva de crecimiento económico, que ahora pronostica un avance de 4.8 por ciento y que contrasta con su estimación de hace tres meses, cuando proyectaba un desempeño más débil con avance de 3.3 por ciento. Es importante dimensionar que las proyecciones se dan luego de un desplome de 8.5 por ciento, en parte detonado por la pandemia.

*

DOS OPUESTOS

¿Cómo conciliar ambas visiones? Aunque parecen excluyentes ambas visiones son consistentes. Analistas de Moody’s consideraron que habrá que esperar a la reglamentación para entender los alcances de la contrarreforma. Un impacto seguro será el que tenga la inversión en el sector eléctrico que, de acuerdo a la Asociación Mexicana de Energía Eólica y a la Asociación Mexicana de Energía Solar, frenará 11 mil millones de dólares en nuevos proyectos.

Entonces, ¿cómo es que el Banco de México y el Fondo Monetario Internacional aumentaron tanto la proyección de crecimiento? Por un lado, y como ya citaba anteriormente, se explica por la base de comparación luego del desplome del año pasado y por el despegue que se espera de Estados Unidos ante el paquete de estímulos de Biden por un billón 900 mil millones de dólares que, inevitablemente, beneficiará a las exportaciones mexicanas y generará ingresos de divisas vía las remesas.

Además, en su análisis, el banco central propone que el repunte económico podría ser más vigoroso, considerando el avance en la vacunación, por lo que el país podría crecer hasta 6.7 por ciento.

*

TRES FACTORES OPTIMISTAS

Hay tres factores adicionales no menores que abonan a un escenario más optimista.

El primero es el anuncio que hizo Joe Biden hace unos días en cuanto a que tendrán vacunas para todos los estadunidenses en mayo y no en junio, como se anticipaba. Eso tendrá efectos positivos para México por un consumo aún más potente en la Unión Americana y permitirá que haya más vacunas disponibles para el resto del mundo, incluyendo a México.

A lo anterior hay que sumar que la vacuna contra covid de Jhonson & Jhonson de una sola dosis, y que no requiere refrigeración, ya se encuentra aprobada por la FDA. Además, ante la inminencia de las elecciones de junio en México, es muy probable que el gobierno federal busque que incluso privados puedan traer vacunas, lo que también ayudará a reactivar al sector de los servicios. El tercer factor es que la reunión López Obrador-Biden mostró que, al igual que con Trump, habrá pragmatismo del gobierno mexicano para no dinamitar la relación.

En conclusión, de no tener sorpresas, como un súbito incremento de casos covid-19 por las nuevas variantes, o cambios en la autonomía del Banco de México, la economía de México podría tener un desempeño superior al 5.5 por ciento este año. ¿Cómo se encuadra la contrarreforma en este escenario? La judicialización hará lento el proceso y pondrá alto a la inversión en energía, pero no en la manufactura. Sin duda, será un costo de oportunidad en los próximos tres años, pero es insostenible más allá de ese tiempo y vendrá el péndulo.