Rodrigo Pérez-Alonso

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Rodrigo Pérez-Alonso

27 Sep, 2023

Amazon y los monopolios

En 2001, el Sr. Johnson fabricaba y comercializaba cajas de seguridad desde un negocio familiar en Minnesota, Estados Unidos. Había visto una brecha en el mercado para cajas de seguridad para el consumidor final y empezó su fabricación. A finales de la primera década de 2000, cayó en cuenta que era más rentable diseñar las cajas en su taller y fabricarlas en China, con mano de obra más barata y dedicarse a comercializarlas.

En 2006, Amazon, el gigante de comercio en línea, abrió sus puertas a comercializar no sólo libros, sino también productos de consumo tan diversos como televisiones, celulares, artículos de oficina y hasta cajas de seguridad personales mediante su plataforma. En un esquema de alianza comercial, el Sr. Johnson empezó a vender sus cajas en Amazon y su negocio se multiplicó.

 

Amazon creció de la mano del consumo privado en Estados Unidos en línea. Desde su creación en 1997 al 2022, sus ingresos crecieron hasta alcanzar los 513 mil millones de dólares, la tercera compañía más grande del mundo. El uso del internet, los dispositivos móviles y los teléfonos inteligentes fueron los instrumentos para un crecimiento histórico del comercio en línea y, con ello, de Amazon.

Sin embargo, para el Sr. Johnson, al igual que muchos otros comerciantes en la plataforma, los problemas empezaron a aparecer de la mano del crecimiento. Amazon, en su hambre por crecer, apretó a los comerciantes externos, dándole trato privilegiado a ciertos comerciantes, usando información privilegiada para mostrar tendencias de consumo y, finalmente, sustituir productos de comerciantes por sus propios productos con una marca comercial propia (Amazon Basics).

El resultado es que Amazon Basics se volvió la marca comercial privada con productos más vendidos en Amazon. El Sr. Johnson, comercializador de cajas fuertes, vio cómo sus ventas disminuían en la plataforma, mientras las cajas comercializadas bajo la marca de Amazon se volvieron el número uno en ventas en esa categoría. El mismo proveedor chino que fabricaba las cajas del Sr. Johnson lo abandonó para fabricar las mismas cajas para Amazon.

Ayer, 17 estados de EU demandaron a Amazon por prácticas monopólicas. Otras empresas tecnológicas como Google y Microsoft han sido demandadas por gobiernos estatales o el gobierno federal de ese país por los mismos problemas. Sin embargo, el conflicto del gigante que abusa de su poder de mercado no es nuevo en Estados Unidos. Contrario a lo que se pudiera pensar en la principal economía de mercado del mundo, los monopolios son una constante en ese país.

Los ejemplos son múltiples. En ese país, tres compañías controlan 80% del mercado de telefonía móvil. Lo mismo en carnes, donde cuatro compañías controlan 66% del mercado, mientras que en la venta de granos y maíz, sólo cuatro compañías controlan 85% de ese comercio. Lo mismo sucede en los servicios de internet, bancos, energía y otros servicios esenciales para esa economía.

 

¿Por qué no se han regulado esos mercados? El tema principal es que el poder monopólico va de la mano del poder de influencia política.

Así, pareciera que Estados Unidos, contrario a lo que se pensaría de una poderosa economía de mercado, está atado de manos, llevándose a muchos señores Johnson entre las patas.

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