Rodrigo Pérez-Alonso

Frecuencias

Rodrigo Pérez-Alonso

30 Ago, 2023

China y las lecciones para México

En una época cuando China era elogiada y admirada como una potencia económica sin comparación, hoy parece haber perdido parte de su brillo. Las calles, que antes hervían de actividad y optimismo, ahora reflejan la tensión de un país con múltiples desafíos. La mano firme del gobierno chino, la intensa guerra comercial con Estados Unidos y el creciente escepticismo hacia los negocios extranjeros han tejido una red de complicaciones que amenazan con llevar a la segunda economía más grande del mundo al borde de una crisis.

Caminando por los mercados, se nota que los precios al consumidor han bajado. Las grúas y los edificios a medio construir son testigos mudos de una crisis inmobiliaria que se agrava día con día, y los puertos, que antes estaban llenos de actividad, ahora ven cómo las exportaciones disminuyen. Pero lo que más preocupa en las calles es el desempleo juvenil. La situación es tan grave que el gobierno ha optado por ocultar las cifras.

  •  

Las empresas, tanto nacionales como transnacionales, sienten una creciente desconfianza hacia el gobierno. A pesar de que el sector privado ha sido el motor del milagro económico chino, las recientes acciones del gobierno, que parecen favorecer a las empresas estatales, han sembrado dudas.

Los jóvenes, con diplomas en mano, buscan oportunidades de empleo que parecen esquivas. A pesar del asombroso crecimiento del PIB desde 1978 –cuando China se reincorporó al mundo–, ahora las oportunidades laborales son escasas, y el desempleo entre ellos se ha convertido en una sombra que amenaza la estabilidad del país.

En el sector inmobiliario, las decisiones apresuradas del gobierno han dejado a muchas empresas tambaleándose. Aunque era necesario corregir la burbuja inmobiliaria, la rapidez con la que se implementaron los cambios ha causado más daño que beneficio.

Esta semana, durante una visita a China, Gina Raimondo, secretaria de Comercio de Estados Unidos, expresó lo que muchos ya sospechaban: China podría estar volviéndose “ininversionable”. Esta percepción creciente podría alejar aún más las inversiones extranjeras.

La reticencia del gobierno chino a compartir datos sobre el desempleo juvenil sólo subraya la necesidad de una mayor transparencia. Y en este escenario, la relación entre China y Estados Unidos se vuelve aún más crucial para el equilibrio económico global. Es imperativo que ambas potencias colaboren y enfrenten juntas los desafíos que se presentan.

China navega en aguas turbulentas, enfrentando desafíos económicos desde múltiples frentes. La solución radica en un enfoque más abierto, transparente y colaborativo, que guíe al país hacia un futuro de prosperidad sostenida.

Tanto China como México han basado gran parte de su crecimiento económico en las exportaciones. Mientras que China es conocida por ser la “fábrica del mundo”, México ha establecido fuertes lazos comerciales con Estados Unidos gracias al T-MEC. Cualquier disturbio en las cadenas de suministro globales o tensiones comerciales puede tener un impacto significativo en ambas economías.

Sin embargo, ambos países ahora apuestan por la mano del Estado en la economía, en sustitución del sector privado.

¿Podrán China y México podrán mantener su rumbo sin el impulso del sector privado?

Las lecciones ahí están y serán duraderas.

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube