Rodrigo Pérez-Alonso

Frecuencias

Rodrigo Pérez-Alonso

7 Dic, 2022

Cómo destruir una industria

 

En medio del océano Pacífico, uno de los territorios más lejanos de Estados Unidos son las islas de Samoa Americana. La única aerolínea comercial que vuela allá, Hawaiian Airlines, viaja desde Hawái en un vuelo de más de 5 horas y recorre más de la distancia que la longitud de Estados Unidos continental. Los vuelos internos entre islas también los opera solamente esa aerolínea. El problema principal es que no existe la demanda para cubrir esa ruta.

Ante la escasez de oferta, los precios son bastante caros. La única aerolínea que vuela allá, de bandera estadunidense, tiene un monopolio que afecta la conectividad de esas islas. Por ello, el gobierno de ese territorio reclamó a las autoridades federales de aviación de Estados Unidos permitir a otras aerolíneas, de banderas extranjeras, ofrecer el servicio a esas islas. Pidieron una excepción a las leyes nacionales para permitir el cabotaje, pero les fue negada. La práctica, prevista en la octava libertad del aire del Convenio de Chicago, está prohibida o limitada en casi todos los países. Esta libertad establece que una aerolínea del país A puede volar desde su país de origen hasta otro país B y, posteriormente, volar internamente a otro estado de ese país B.

  •  

Salvo en casos extremos como algunos países del continente africano o islas-países del Pacífico o el Caribe, permitir el cabotaje se considera como una práctica que destruye a la industria nacional de aviación. Así, Estados Unidos establece en sus leyes que el cabotaje o territorio es una práctica prohibida. Salvo casos tan extremos como el de Samoa Americana, abrir las rutas aéreas a las aerolíneas extranjeras para viajar internamente puede generar más problemas de los que trata resolver.

México, al igual que Estados Unidos, prohíbe el cabotaje. La Ley de Aviación Civil prohíbe expresamente el cabotaje por aerolíneas extranjeras. Nuestro país tiene una industria nacional bastante fuerte que, por lo general, cubre las necesidades del mercado. En los años noventa, con la liberalización, el Estado vendió Mexicana de Aviación y Aeroméxico a particulares para luego rescatarlas y volver a venderlas. Mexicana quebró, pero sobrevivió Aeroméxico y, a lo largo de los años, surgieron nuevas opciones como Volaris, Interjet, Viva Aerobus y Aeromar. Volaris, Viva Aerobus y Aeroméxico compiten por más pasajeros.

  •  

Tenemos a una industria bastante dinámica —con las quiebras y malas administraciones de siempre— que ha respondido en gran medida a las rutas que los usuarios esperan. En 13 años, hasta 2022, el número de pasajeros domésticos e internacionales creció más del 100%, no obstante la pandemia. Los precios también han bajado significativamente y el transporte aéreo se ha democratizado.

Por eso sorprenden las declaraciones de esta semana y la propuesta del presidente López Obrador de crear una aerolínea del Estado y permitir el cabotaje. En aras de cumplir la nueva ocurrencia de una aerolínea comercial del Ejército y un aeropuerto en Tulum, el Presidente y sus asesores están dispuestos a destruir a la industria nacional a través del cabotaje.

Por ignorancia, falta de análisis o capricho, quieren convertir —en aviación— a un país tan importante como México en el territorio de Samoa Americana, de 55 mil habitantes.

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube