NUEVA YORK.- Artesanos de algunos de los rincones más pobres del planeta están penetrando mercados más allá de las tiendas de los museos y de las ferias artesanales.
Una tendencia que comenzó hace varias décadas está ganando popularidad a medida que el creciente turismo internacional genera demanda de productos de todo el mundo.
Las exportaciones de artesanías de países en desarrollo aumentaron de los 9,000 millones de dólares del 2002 a 23,000 millones en el 2011, según las cifras más recientes de un informe de la UNESCO sobre economías creativas en todo el mundo.
La era digital, por su parte, facilitó el surgimiento de numerosas iniciativas pensadas para vender artesanías online. Productos exóticos han despertado el interés de tiendas grandes que buscan nuevas formas de competir con Amazon. Muchas apuestan a que artesanías tradicionales y los relatos del impacto social que tienen esas ventas atraerán a compradores con conciencia social, interesados en el origen de los artículos y la forma en que son hechos.
Pero no siempre es fácil saber si un artículo está hecho realmente a mano ni qué porcentaje del dinero va a parar a las manos de los artesanos. En una era de producción masiva y compras online, aquí van algunos consejos sobre cómo adquirir productos artesanales verdaderos y que compensen a sus creadores:
Aprende cómo se aplica el “comercio justo”
No hay certificados de “comercio justo” para los productos hechos a mano porque los procesos de producción son muy variados. Las normas de seguridad y las prácticas laborales pueden ser irrelevantes para el artesano que hace canastas en una zona rural.
Sin embargo, algunas tiendas dan la categoría de “fair trade” a artículos hechos a mano que son distribuidos por organizaciones afiliadas.
Cada vez más organizaciones se especializan en maximizar las ganancias de los artesanos, así que busca detalles de cómo se compensa a los artesanos y qué hace una organización para vigilar las prácticas laborales y la seguridad de los trabajadores.
¿Cómo hace uno para saber si algo es realmente hecho a mano?
Algunas tiendas usan la categoría “hecho a mano” siguiendo la definición de la UNESCO, que dice que “la contribución manual del artesano” debe ser “el componente más importante del producto acabado”.
Si no hay una etiqueta que diga hecho a mano, trata de ver si el producto va acompañado de la historia del artesano que lo hizo. Las ventas online hacen que esto resulte más fácil que nunca.
En las tiendas, pregunta al vendedor sobre el fabricante
"No hay nada mejor que preguntarle a una persona a la que le estás comprando algo: ¿Cuánto recibe el artista?, ¿de dónde viene esto? ¿Han estado en ese sitio?”, señaló Keith Recker, integrante de la junta de directores de la International Folk Art Alliance, cuya feria anual en Santa Fe, Nuevo México, atrae a los diseñadores de casas como Donna Karan para explorar las ofertas artesanales de más de 50 países.
Prepárate para relatos complejos
Las historias de la fabricación de un producto no siempre involucran un fabricante, ni un solo país, pues los artesanos se esfuerzan por adaptarse a los gustos modernos y a las expectativas del comprador en cuanto a la producción y la entrega.
Así que puede que el proceso empiece en una localidad rural remota y termine en un taller a varios kilómetros de distancia. Este tipo de cadenas acelera la producción y la distribución.
*livm
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