Un hospital que limpia el smog

La fachada del Gea González es como un laboratorio que reduce los contaminantes del ambiente
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La Torre de Especialidades del Hospital Gea González no solamente brinda servicios de salud a sus pacientes.
La Torre de Especialidades del Hospital Gea González no solamente brinda servicios de salud a sus pacientes.

Claudia Ocaranza

CIUDAD DE MÉXICO, 1 de abril.- La Torre de Especialidades del Hospital Gea González no solamente brinda servicios de salud a sus pacientes, sino que colabora a limpiar el aire en la Ciudad de México.

La fachada, de 2 mil 500 metros cuadrados, está recubierta con un material llamado Prosolve370e, que tiene un efecto antimicrobiano y descontaminante.

Desde lejos se puede ver una especie de red color blanco, con forma similar a la de un panal, que sobresale del edificio y que, además de dar un toque especial a este nosocomio, dependiente de la Secretaría de Salud Federal, es un dispositivo de alta tecnología. 

Esta estructura en forma de red, que cubre casi toda la fachada, está fabricada con una baldosa especial que contribuye a disminuir los niveles de contaminación, algo muy importante en ciudades como el Distrito Federal, donde  la calidad del aire está calificada como mala por el Sistema de Monitoreo Atmosférico, responsable de medir el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA), y emitir alertas cuando éste es peligroso para la salud.  

Baldosa del siglo XXI

La red es el primer producto de la firma alemana Elegant Embelishments, que logró interesar a la administración anterior de sus bondades ecológicas para un proyecto que estará terminado este mes. 

Gracias a un proceso químico, el Prosolve370e funciona como mitigador y absorbente del aire contaminado. La pintura aplicada a la fachada está hecha de dióxido de titanio, usado para reflejar los rayos del sol y además funciona como catalizador en algunas reacciones químicas.

La red crea corrientes que facilitan la distribución de los contaminantes en la fachada cubierta con dióxido de titanio y ocurre una reacción química que los convierte en otras sustancias, como dióxido de carbono y agua.

El proceso no desgasta a la cubierta del edificio, que trabaja junto con la red de baldosa y entre las dos siguen destruyendo la contaminación.

“La retícula casi cristalina crea corrientes de aire que distribuyen los contaminantes a través de la amplia superficie, lo que aumenta su capacidad de recibir y dispersar los rayos UV”, explica en la página web de la firma Alison Dring, co-fundadora de la empresa ubicada en Berlín.

La cantidad de contaminación descompuesta cada día por este mecanismo es similar a la producida por 8 mil 750 automóviles.

Elegant Embelishments construye otros proyectos con Prosolve370e, uno en Australia dentro de un centro comercial y otro en un hotel ubicado en Abu Dhabi.

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