Sensibilidad del gobierno

La iniciativa hacendaria de Enrique Peña Nieto podría ser modificada radicalmente, puesto que hay una posición creciente que señala que el gobierno trató de hacer una propuesta de carácter de redistribución social, es decir, hacer que los que más ganan paguen más.

El concepto, como prácticamente todos los que tienen los políticos, es loable; sin embargo, parecería que no se calculó una gran cantidad de implicaciones no sólo en materia de redistribución, sino de crecimiento de la economía.

En los supuestos de la iniciativa parece que no se consideró el impacto que tendrían estas medidas. El recorte a las deducciones sociales no sólo aumenta el costo de la nómina, sino que además generará incentivos para que más trabajadores sean enviados al bando de los que no tienen prestaciones.

Una práctica común de las compañías para disminuir la carga social en la nómina es contratar trabajadores por nómina. Hoy seis de diez empleados no tienen prestaciones sociales o están en la informalidad.

El cambio del régimen de consolidación fiscal, a decir de una gran cantidad de fiscalistas, tiene más efectos cosméticos que reales, puesto que las empresas tendrían siete años para llegar a este régimen y, en tanto, podrían encontrar cualquier cantidad de salidas.

Mucho más allá. Desde el punto de vista social, hay una muy profunda irritación entre las clases medias que si bien es cierto que se quedan con la mayor cantidad de los beneficios sociales, el quitárselos no necesariamente generará un mayor ingreso para el gobierno, sino que habrá desplazamientos.

Si bien es cierto que sólo tres millones de los niños acuden a la educación básica de paga (de los 27 millones que hay en el país), también es un hecho que sus padres ya habrían pagado impuestos y se tiene derecho a la educación gratuita. De ahí que los propios legisladores del PRI hayan bombardeado esa intención.

El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, tomó la representación de la industria maquiladora, haciendo ver que se requieren ajustes en la propuesta de IVA para este sector, puesto que podría verse afectada no sólo la capacidad exportadora, sino también el empleo en este sector.

Vivienda

El sector vivienda fue muy fuertemente impulsado durante el gobierno de Felipe Calderón, no sólo para que las clases medias tuvieran casa, sino que es un gran impulsor de la economía.

La intención de establecer IVA en las operaciones hipotecarias plantea problemas muy serios.

De entrada, aumentará el costo de la vivienda. Eso implicará dos efectos: disminuirá la oferta por viviendas, lo que implicará una mayor contracción de las constructoras y, por lo tanto, del empleo en este sector, que ha sido particularmente dañado.

Aumentará el pago que tengan que hacer mensualmente quienes tienen hipotecas, lo que en el menos malo de los casos disminuirá los recursos disponibles para otro tipo de gastos, lo que impacta al mercado interno.

Además podría generar un repunte en la cartera vencida, lo que implicará una menor actividad de los bancos… Justo en los tiempos en los que se habla de una mayor inclusión financiera.

Más aún, los datos demuestran que el poco dinamismo de la economía mexicana tiene mucho más que ver con la falta de actividad de los motores internos que con la pobre recuperación de la economía de Estados Unidos. En este sentido, también vale la pena preguntar si se debe apostar todo a lo que hacen fuera de nuestro país y, por lo tanto, de nuestro control.

El segundo punto es la participación del gobierno como motor económico. Pueden hacerse una gran cantidad de debates sobre qué camino es mejor entre la iniciativa privada como motor de la economía o crear las condiciones para que las empresas cumplan su principal función social.

Sensibilidad

A diferencia de las actitudes ridículas y absurdas que tenía el mariguanero Vicente Fox Quesada, que creía que sus iniciativas eran perfectas y por lo tanto no debía cambiarse ni un punto ni una coma (por eso no logró nada durante su administración), el gobierno de Enrique Peña Nieto ha demostrado sensibilidad sobre estas demandas.

Se espera que el miércoles se dé un primer avance de los trabajos que han realizado los miembros del CCE con el equipo de la Secretaría de Hacienda en materia de precisiones y puntualizaciones sobre la iniciativa. De entrada, hay cambios que prácticamente pueden darse como descontados, entre los que están el IVA a colegiaturas, así como la eliminación del régimen de reservas para las aseguradoras que las pondrían en una grave situación financiera.

El reto, en la negociación, es no sólo demostrar lo que está mal o sus implicaciones secundarias, sino ser muy creativos en las formas a través de las cuales el gobierno puede aumentar la recaudación para destinarla a lo que califican como justicia social.

Recuperación

La Secretaría de Hacienda emitió el viernes por la tarde un comunicado de prensa en el cual señala que el efecto neto de los fenómenos meteorológicos Ingrid y Manuel será de 0.1% del PIB, puesto que se registrará una caída que parcialmente será compensada por los trabajos de recuperación económica.

Así, la estimación de la dependencia que encabeza Luis Videgaray es que el país crecerá 1.7%, con un pequeño repunte temporal de la inflación que rondará 0.15%, pero que no pondrá en riesgo la meta autoimpuesta por el Banco de México.

Estas puntualizaciones de la Secretaría de Hacienda vienen muy a cuento, puesto que durante prácticamente toda la semana pasada la dependencia tuvo que disminuir la presión de algunos datos del INEGI que revelaban que el país se encontraba en una zona de recesión, aun cuando hacia el fin de semana el instituto presidido por Eduardo Sojo Garza Aldape dio nuevos datos que hacen recuperar la confianza de que la economía no se ha detenido.

Apuestas

El 3 de octubre la juez que lleva el concurso mercantil de Mexicana de Aviación, Edith Alarcón, deberá determinar si declara la quiebra de la línea aérea o sigue dándole plazos a los dos dizque inversionistas que han aparecido en los últimos días.

Si se estuviera buscando la mejor determinación a favor de los trabajadores, pues se iría a la quiebra. Habrá que estar pendientes.