David Páramo

Análisis superior

David Páramo

1 Oct, 2013

Esperanza en Borjón

Fernando Borjón es visto con ojos de esperanza por una buena parte del sector de las telecomunicaciones, puesto que parecería el único comisionado del Instituto Federal de Telecomunicaciones que tiene la película más o menos clara, considerando no sólo los plazos sumamente cortos de la iniciativa, sino la forma gandaya en la que algunos como MVS están haciendo interpretaciones de la ley, a pesar de los llamados al orden de la Secretaría de Gobernación.

Este hombre, que será comisionado durante un lapso de dos años con cinco meses, trabajó directamente en los proyectos de licitación de las cadenas de televisión, así como del llamado apagón analógico.

De hecho hizo equipo con Gonzalo Martínez Pous y los asesores externos en el proyecto que planteaba como camino de hacer licitaciones canal por canal y que fuera el mercado el que decidiera cómo se integrarían las cadenas. Este proyecto planteaba que se pudiera licitar por un solo canal o por la totalidad de ellos.

Este esquema, que se ha usado recientemente en el mundo con muchísimo éxito, plantea la posibilidad de que sea el mercado el encargado de regular cómo se integran: ya sea por cadenas nacionales, regionales o locales, así como concesiones únicas.

Borjón también participó en el proyecto que encabezaba Mony Sacha de Swaan, que tiene como principal objetivo forzar a los participantes a licitar por paquetes integrados por el propio gobierno, lo que no necesariamente garantiza ni el mejor precio y ni siquiera un interés adecuado.

Quienes vieron trabajar a Borjón aseguran que era más proclive al primer proyecto; sin embargo, dicen que su “defecto” es que era demasiado amable con el jefe, es decir, que es miembro de esa cultura tan mexicana del sí señor, no señor, como usted diga señor…

Ahora que es comisionado no tiene jefe como tal, ya que el presidente del IFT, Gabriel Contreras, es su par jerárquico y, por lo tanto, no tiene que estar listo para caprichos o, si se quiere, los designios del jefe.

¿Desierta?

A pesar de la emoción que despertó entre los iluminados del rencor y cierto grupo de opinadores que se sienten dueños de la verdad, y el que no está de acuerdo con sus postulados es porque trabaja para los poderes fácticos (cualesquiera que sean), la realidad es que la licitación de nuevos canales de televisión abierta no ha despertado tanto apetito y, en una de ésas, será declarada desierta o una de las decepciones más grandes de la historia.

Hasta el momento el único grupo que ha dicho que podría estar interesado es Telmex, que así estrenaría la concesión única que le permite no sólo pasar por encima del título de concesión con el que fue privatizado, sino, además, llegar de un solo golpe a 17 millones de hogares con televisión.

La realidad es que la televisión abierta es una suerte de especie en extinción en el mundo, puesto que el futuro es la
televisión de paga.

En México no ha avanzado tan rápido como sería deseable y como ocurre en todo el plantea en buena medida por los vicios de origen del sector de las telecomunicaciones que, tristemente, no serán superados por la llamada reforma a las telecomunicaciones.

Apagón

El segundo de los temas por los que Borjón genera esperanza es porque se estima que dará el brinco de calidad y asumirá el liderazgo del llamado apagón analógico, que, como marca la Constitución, deberá estar listo el último día de 2015.

De acuerdo con una gran cantidad de especialistas es prácticamente imposible cumplir con este requisito, puesto que hay grandes complicaciones de orden técnico.

De entrada, sigue sin tenerse claro cuántas televisiones están listas para este cambio tecnológico, cuántos decodificadores se requieren y cómo se harían las licitaciones para adquirir el equipo.

En una de ésas, el que algunos llaman ya el comisionado de transición, debería convencer a sus pares de una de dos: O no se puede cumplir la meta o se tienen que tomar medidas extraordinarias.

Críticas

Uno de los puntos más cuestionables del paquete hacendario de Enrique Peña Nieto es creer que si se aumenta la carga impositiva en un sector, éste no registrará ninguna clase de contracción.

Esto es particularmente claro en temas como la vivienda. De acuerdo con la iniciativa se plantea recaudar unos 120 mil millones de pesos por concepto de impuestos a la vivienda (IVA sobre los intereses, impuestos a la compraventa, impuestos a los enganches y en general a esta actividad), los cuales podrían lograrse siempre y cuando se mantuviera sin cambio el número de operaciones en este sector.

De acuerdo con la mayoría de las estimaciones, calculan que la recaudación por esta vía podría caer hasta menos de la mitad, es decir, 53 mil millones de pesos.

En estos cálculos parecería que no se está considerando le hecho de que cada vez hay menos dinamismo en las viviendas. Tan es así que Infonavit no está pudiendo ejercer su presupuesto, toda vez que sus reservas en caja han crecido de diez mil 800 a 25 mil 500 millones de pesos en el último año.

La inmensa mayoría de las desarrolladoras de vivienda se encuentran en una situación verdaderamente complicada ante la caída de la actividad de las instituciones de fomento, así como la demanda de viviendas, lo que se agravaría con la propuesta fiscal.

Resultados

El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, aseguró que gran parte de las reformas estructurales darán sus resultados en un lapso que va de cinco a siete años.

Es una afirmación lógica, puesto que resulta absurdo esperar que el día en que entre en vigor comiencen a dar sus frutos.

Sin embargo, esta afirmación lleva a dos puntos que se deben analizar: primero, que las reformas sean suficientes y vayan en el sentido correcto. La llamada reforma laboral, por ejemplo, fue tan pequeña y limitada, que ni ahora ni en siete años dará buenos resultados.

Segundo. Qué hacer mientras comienza el resultado de las reformas. Se tienen que tomar medidas que agranden la cobija, no que tiendan a hacerla más chica.

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