Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

8 Feb, 2014

Contrastes

Hay ocasiones como esta semana que uno lee noticias tan diferentes que se llega a cuestionar realmente en qué México es en el que vivimos. Uno es el México del ciudadano y del empresario que percibe una situación compleja. El otro es el de las calificadoras y el gobierno que perciben un futuro muy optimista.

Para respaldar la visión del primer grupo, tenemos los datos del índice de confianza del consumidor y del indicador de confianza empresarial a enero de 2014.

El primer indicador se situó en enero de 2014 en 84.5 puntos, que se compara en términos muy desfavorables con el de enero de 2013 que era de 100.0 puntos. Es decir, la confianza en el año cayó en cerca de 15.5 por ciento.

En sus componentes evalúan cinco aspectos que son: la situación económica actual de los miembros del hogar comparada con la de 12 meses antes, la situación económica esperada dentro de 12 meses con respecto a la actual, la percepción de la situación económica del país actual comparada con la de 12 meses antes, la percepción de la situación económica esperada en el país dentro de 12 meses comparada con la actual y las posibilidades de realizar compras de bienes de consumo duradero comparada con hace doce meses.

Para los dos primeros componentes la caída fue menor (10 puntos) que para los otros tres (19 puntos promedio), es decir el individuo se percibe menos mal que el entorno económico.

Lo interesante es que hace un año la percepción era al revés. Percibían la situación económica del país mejor que la situación propia. Este cambio de expectativas es muy fuerte y explica el cambio  en su disposición a consumir ciertos bienes.

Un bajo nivel de confianza puede ser un indicador adelantado de que el consumo no va a estar muy dinámico durante el año, mermando un poco la dinámica del crecimiento.

El segundo indicador para  el sector manufacturero se situó en enero de 2014 en 50.3 puntos, que se compara en términos muy desfavorables con el de enero de 2013 que era de 56.0 puntos. Es decir, la confianza en el año cayó en cerca de diez por ciento.

Cabe señalar que para los sectores de la construcción y del comercio también se registraron bajas en el nivel de confianza, pero el cambio porcentual fue menor.

En sus componentes evalúan cinco aspectos para cada sector que son: momento adecuado para invertir, la situación económica actual de la empresa, la situación económica esperada de la empresa, la situación económica actual del país y la situación económica esperada del país.

Es coincidente que para los sectores los índices particulares que mayor caída tienen es el de momento adecuado para invertir y el de la situación económica del país.

Resulta muy interesante que en promedio los empresarios hoy tiene una situación similar a los consumidores: perciben peor la situación del país que la propia y ven malo el momento actual para invertir. Es decir, dan evidencia de que se puede esperar una menor inversión privada que afecte el ritmo de crecimiento de la economía.

Explicaciones de este cambio drástico en expectativas puede haber muchas, pero una apunta a los malos incentivos que dio la Reforma Fiscal.

Todo este panorama que no es tan favorable contrasta con el aumento en la calificación crediticia de Moody´s para la deuda soberana de México. Después de tantos años finalmente se alcanzó el nivel de A para nuestra deuda. Es un gran logro.

No cabe duda que es un reconocimiento al buen manejo de la macroeconomía durante los últimos años y no sólo en 2013. Además, es un hecho que algunas de las reformas del año pasado ayudaron como la energética y la de telecomunicaciones.

Este aumento en calificación pone a México con un grupo de países que incluyen a: Malasia, Malta, Polonia, Eslovaquia, Botswana, República Checa y Estonia.

La lista deja claro que no es un grupo de países ricos o que son los más desarrollados. Es un grupo al que México puede pertenecer.

En resumen, contrasta mucho la buena percepción de México que se tiene fuera del país en el orden macro con la percepción interna más de tipo micro. La pregunta es: ¿qué visión de México va a influir más en el desempeño de corto y mediano plazo de la economía? No lo sé, pero es un hecho que la segunda va a influir, por lo que hay que trabajarla.

*Director General del FUNDEF
guillermozamarripa@itam.mx

 

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