La importancia de profundizar el sistema financiero

Uno de los elementos primordiales para la aceleración del crecimiento económico es la expansión y reducción del costo del financiamiento bancario
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La estructura financiera dominante en países como México está basada generalmente en los créditos otorgados por la banca. Foto: Especial
La estructura financiera dominante en países como México está basada generalmente en los créditos otorgados por la banca. Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO.- Uno de los elementos primordiales para la aceleración del crecimiento económico es la expansión y reducción del costo del financiamiento bancario. Esa expansión del crédito hace referencia tanto al crédito comercial como a ampliar el acceso de los consumidores a los diferentes tipos de activos dentro del mercado crediticio. En los últimos años, el ofrecimiento de servicios por parte de las instituciones financieras (principalmente bancarias) se ha incrementado a la par de su diversificación. El relajamiento de las normas establecidas para contener las actividades de los intermediarios financieros bancarios y no bancarios ha sido una condición necesaria para lograr expandir los servicios ofrecidos, así como el incremento en las ganancias de tales instituciones.

Históricamente, dos hechos son relevantes en el proceso de profundización del mercado financiero mexicano. Primero, la entrada en vigor de la Ley del Mercado de Valores en 1975 que pretendía ampliar los alcances del joven mercado de capitales mexicano (en cuanto al número de participantes y el monto de recursos). El segundo hecho es la nacionalización bancaria de 1982 y el proceso de reprivatización ocurrido durante la década de los noventa. El proceso de reprivatización tuvo como uno de sus ejes fomentar una mayor captación de ahorro a través de una mayor competencia en el sector bancario. Sin embargo, la crisis de 1995 terminó en la quiebra de varias instituciones del sector, llevando a que la concentración en el mismo se mantuviera y a que los jugadores predominantes vieran sus ganancias incrementarse.

Pero, ¿qué es un mercado financiero “profundo”? Un mercado financiero se considera profundo si en él existen una cantidad de oferentes y demandantes considerable, que propicie la generación y el comercio de activos financieros cada vez más complejos, que a su vez generen grandes montos de liquidez. En palabras de Ronald Mckinnon, la falta de liquidez en mercados como el crediticio representa la limitación más importante a la expansión de las inversiones en el mundo en desarrollo. De ahí la importancia de generar mecanismos más eficaces en la captación de ahorro que permitan a las instituciones financieras canalizar una mayor cantidad de recursos a la oferta de crédito, y con ello financiar más inversiones. Para los fines de profundizar un mercado financiero es necesario expandir la actividad crediticia y bursátil, ampliando el papel de las instituciones financieras no bancarias y diversificando las actividades y funciones de las instituciones bancarias. Esto llevaría a que una misma institución comience a realizar múltiples actividades, haciendo a un lado la especialización.

La estructura financiera dominante en países como México está basada generalmente en los créditos otorgados por la banca. Sin embargo, en algunos países de América Latina la profundización de sus mercados financieros también implicó el desarrollo del sector bursátil (la bolsa de valores), como es el caso Argentina y Chile. La diversificación en los servicios financieros ha tenido un papel muy importante, ya que ha sido una nueva vía de atraer recursos a las instituciones y por tanto de mejorar sus márgenes de ganancia, creando incentivos para seguir prestando. Basta señalar que las comisiones cobradas por los bancos se han constituido como una de las principales fuentes de ganancia, si bien aún no superan al diferencial entre la tasa que los bancos pagan a los ahorradores y la tasa que cobran por los créditos como principal fuente de ganancias en el caso mexicano.

En México, el mercado financiero (considerando créditos bancarios, bonos y acciones en el mercado) pasó de representar un 55.5% del PIB en 1990 a representar 88% del PIB en 2008. Sin embargo, en México las operaciones bursátiles no son las que tienen preponderancia en las actividades financieras, el crédito bancario es el que representa una mayor participación en relación a todo el sistema financiero (pasó de representar el 20.9% para 1990 a 45.9% para el año 2007 con relación al PIB). Para países como Estados Unidos el tamaño del sector financiero pasó de 224.6% en 1990 a un 378% del PIB en 2007. Como se puede ver, la diferencia es abismal.

Desde el año 2006 se ha buscado incentivar un mayor desarrollo del mercado financiero mexicano. Por ello, en ese año se reestructuró el marco legal de las instituciones financieras no bancarias, con el fin de incentivar la formación de instituciones como las Sofoles (Sociedades Financieras de Objeto Limitado) y Sofomes (Sociedades Financieras de Objeto Múltiple) otorgándoles beneficios fiscales así como facultades para llevar a cabo operaciones de factoraje y arrendamiento financiero. Esta estructuración pretendía incentivar la competencia dentro del  mercado financiero. Sin embargo, con el paso del tipo se presentaron problemas de liquidez en varias de ellas, llevando a que instituciones como la Sociedad Hipotecaria Federal tuvieran que intervenir en el mercado. De ahí que la nueva reforma financiera contemple la reordenación y regulación de este sector, dándole un mayor peso al sector bancario.

Entre los objetivos explícitos de la reforma, se encuentran el incrementar la competencia en el sector financiero, fortalecer su solidez y mejorar la certeza jurídica (vía modificaciones al sistema de garantías) de los agentes del sector, a modo que se expanda el crédito y éste se abarate. Empero, la reforma no contempla ningún mecanismo que realmente obligue a las instituciones bancarias a reducir el costo del crédito y tampoco queda claro cómo se pretende lograr una solidez del mercado financiero sin modificar normas importantes como las tratadas en Basilea. Así, las únicas vías por las que se pretende son incentivar la diversificación de las entidades y aumentando las garantías de pago.

Vale la pena señalar que la reforma se centró en el mercado financiero no bancario porque dicho sector es el de mayor importancia. Un problema con la reforma es que se centra por completo en atender una de las posibles razones por las cuales el crédito es caro en México (la incertidumbre legal), sin analizar a fondo si no hay otros factores de mayor incidencia.  Errar en el diagnóstico puede implicar que las políticas instrumentadas no cumplan el cometido deseado, el problema es que en este caso fallar implica mantener a la economía estancada. 

*gl

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