¿Contraseñas, huella o voz? ya existen nuevas formas de autentificación

CIUDAD DE MÉXICO.- Usas una contraseña para tu correo electrónico, otra para desbloquear tu celular, no olvidemos la que sirve para hacer transacciones bancarias o para los cajeros automáticos. Es mucho lo que tienes que recordar y por eso terminas usando el mismo password para todo convirtiéndote en un blanco fácil para los cibercriminales.

Ante este escenario están surgiendo nuevas opciones de identificación, siendo la principal el uso de datos biométricos, es decir, que la huella digital, el iris, el rostro, la palma de la mano y hasta las venas se conviertan en una contraseña para acceder a información o servicios.

Algo que sé, como una contraseña, también puede ser conocido por un tercero, en cambio algo que yo tengo como mi huella nadie más lo puede tener o robarlo”, consideró el especialista de seguridad de Unisys México, Francisco Farrera.

En entrevista con Excélsior el especialista indicó que ante el creciente robo de identidad, en el que México ocupó el tercer lugar de América Latina durante 2013, se está promoviendo el uso de dos o hasta tres capas de identificación entre los usuarios.

Por ejemplo, en un banco es normal que se pida el número de usuario, contraseña y como extra, el reconocimiento de voz para confirmar una transacción.

Si bien los datos biométricos están funcionando como un apoyo para las contraseñas, Farrera no descarta que en un par de años éstas sean reemplazadas por la huella digital o el iris debido a que ya hay compañías que están viendo que se trata de un método que da más seguridad y la tecnología se está volviendo más barata.

La mejor muestra de esto último es que algunos celulares de marcas como Apple y Samsung ya tienen incorporada la tecnología para leer la huella digital y, confió el especialista de Unisys, poco a poco más smartphones la incluirán.

Hay varias opciones

Farrera indicó que los biométricos que están siendo más utilizados por su practicidad son la huella digital, ya que su tecnología existe desde los años 90 y se ha ido abaratando, así como la lectura del iris.

Aunque también se están analizando otras posibilidades como las venas de la palma de la mano, el patrón de voz, el rostro e incluso existe tecnología que permite discernir el modo en que cada persona teclea en una computadora, su forma de caminar o el vaho de la respiración.

Y las investigaciones sirven porque en la Universidad de Toronto están desarrollando una pulsera llamada Nymi, que tiene un voltímetro para leer el latido del corazón para reconocer a su usuario.

En tanto, la empresa española FacePhi está trabajando con varias instituciones financieras para aplicar su sistema de reconocimiento facial con la que puede analizar 100 mil rostros por segundo.

Además, el especialista de seguridad de Unisys resaltó que cada empresa debe trabajar con el biométrico que mejor les convenga. Por ejemplo, la huella digital puede irse borrando o cambiar cuando se realizan trabajos manuales o agricultura.

Con respecto a la seguridad, afirmó que las personas no deben temer porque les corten sus dedos o saquen los ojos para así acceder a sus cuentas como pasa en las películas, en particular destacó que el iris deja de servir a los 2 o 3 segundos después de que muere una persona.

Se requiere regulación

La masificación de los datos biométricos como una forma de autentificación todavía parece lejana, sin embargo es necesario que las autoridades tomen esta opción seriamente y comiencen a analizar quién va a regularlo, advirtió Farrera.

En México y el resto de los países se necesita un protocolo, estándares y que sea nombrado un organismo descentralizado que pueda reunir los datos biométricos de la población y ofrezca el servicio de identificación.

De acuerdo con el especialista, el objetivo es que cuando alguien va al banco y pone su huella digital, la institución tenga contratado el servicio con una “agencia nacional” para que ésta certifique que la huella corresponde al usuario.

De esta manera el banco no tiene que armar la infraestructura para tener los datos de todos sus usuarios, en su lugar consume un servicio de una entidad oficial.