5 tips de un astronauta mexicano para lograr tus sueños

CIUDAD DE MÉXICO.- José Hernández todavía recuerda cómo es estar en el espacio. Aún se emociona y le brillan los ojos mientras lo explica, no importa que hayan pasado siete años.

Siempre sonriente, y bajo un traje azul marino que porta en la solapa un pin de la NASA, lo muestra y no olvida lo difícil que le fue cumplir su sueño de llegar a esta agencia espacial, subirse a un transbordador, o cohete espacial, como cuando vio al Apollo 17 alunizar en una pequeña tele de Bulbos, mientras descansaba de la pizca de jitomate, pepino o cerezas, lo que hubiera que recolectar ese día.

Doce veces lo intenté, y lo logré. Nunca hay que perder la perseverancia. Ver la Tierra desde otra perspectiva te cambia la vida. Tiene un impacto profundo en ti. Ver cómo la capa de ozono está ya muy delgada, delicada. Me convertí inmediatamente en un medioambientalista, y dije hay que cuidar nuestro medio ambiente, pues se ve muy descuidado desde acá arriba. En ese aspecto, me cambió la vida ir al espacio”, dice mientras pide un café y da una mirada a la portada naranja de su nuevo libro infantil: El Niño que tocó las estrellas.

Hernández no lleva un smartphone en las manos, o algún equipo que lo haga parecer un ingeniero o científico interesante con prisa, pero sí mantiene la mirada y la sonrisa perspicaz de aquel niño de diez años que se sentó con su padre en la mesa de la cocina hace ya unos ayeres para abiertamente explicarle que su sueño era viajar al espacio.

Pienso que los jóvenes de ahora tienen más ventajas que las que teníamos nosotros cuando lo éramos. Uno soñaba con ser astronauta, pero trabajando en los campos agrícolas, en la pizca del jitomate, pepino, cereza, lo que sea, era un paso muy grande, inalcanzable, y menos sin el uso de las actuales tecnologías. Sin embargo, mis papás me enseñaron a creer en lo que tal vez es imposible para otras personas.

Hoy los jóvenes que tiene estos aparatos poseen la información del mundo en sus dedos. Es mucho más fácil ver qué pasa, educarse y aprender en diversas áreas. Tienen muchas más posibilidades de poder lograr ciertas metas. Pero las ganas son las que importa. Es como lo imposible, no es para mí”, asegura.

El regreso

Pisar de nuevo la Tierra le trajo una nueva encomienda: mostrar que cuando se quiere se puede lograr un sueño, y eso busca trasmitir.

Creo que el que aprendan robótica y programación es bueno. De hecho, estoy inmiscuido en muchos proyectos de este tipo. En la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) estamos trabajando con los estudiantes y maestros, y los juntamos con sus semejantes de universidades de EU para que ellos puedan diseñar un satélite nacional que sea lanzado y operado por estos chavos de ambas naciones.

Estamos mandando pequeños satélites en México llamados CanSat. Son globos que suben a una altura de 40 kilómetros y toman datos y fotos. En junio vamos a enviar uno, el cual pasará sobre el Popocatépetl para tomar notas de los gases en la atmósfera y fotos de su cono”, explica.

Respecto a cómo este tipo de apoyos dan un impulso gracias al uso de la tecnología desde pequeños, Hernández sonríe y asegura que tiene que haber un balance con el trabajo de campo. “En mi caso no hubo nada de tecnología, ni juguetes sofisticados. Jugábamos con piedras y palos, y nuestra imaginación era lo importante. Sí, estábamos retrasados con el uso de la tecnología, pero eso nos desarrolló la herramienta social para poder expresarse y convivir en equipo”.

Carrera a la NASA

La palabra imposible se ha borrado del diccionario de Hernández. Asegura que llegar a la NASA o cualquier otra agencia o empresa a la que uno se proponga, es posible.

Explica que esa tarde de 1972, en la que se sentó con su padre a contarle su sueño, en vez de recibir un balde de agua fría sobre sus planes, obtuvo una receta que siempre comparte para lograr el éxito.

Me sentó en la mesa de la cocina y me dijo que si quería ser astronauta siguiera estos cinco pasos: Define tu meta; reconoce qué tan lejos estás de esa meta; crea una ruta o plan que te va a llevar a cumplir tu sueño; edúcate, pues no hay sustituto para llegar a la meta sin una buena educación; y finalmente ten ganas y perseverancia. El mismo trabajo que haces en la pizca, llévalo a los libros y a tu trabajo al terminar tu carrera”.

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Es enfático al señalar que muchos jóvenes tienen que comer, y trabajan para ello. “Lo entiendo. Pero para cumplir el sueño, hay que esforzarse. No hay pretexto”.

Respecto a su sueño de estar en la Luna, explica que la NASA ya está trabajando en la próxima misión, pues hay que ir antes allá si se busca conquistar Marte. “Ya se está fabricando el nuevo transbordador donde ayudo con asesoría”, agrega mientras mira hacia arriba, pues puede que no cumpla ese sueño personalmente, pero al menos parte del equipo que se use para cumplir esa meta llevará la autoría de este mexicano que “tocó las estrellas”.

¿Agencia Espacial Mexicana?

Hernández explica que se le mencionaba como titular de la Agencia Especial Mexicana hace cuatro años, “pero no acepté. No me postulé, pues hay que reconocer que yo me crié en Estados Unidos, y pensé que este puesto le corresponde a alguien que se la ha rifado en México. Con gusto dije que asesoraría a la agencia, y en eso estamos, tratando de concretarla, pues no ha pasado nada en cuatro años.

Me mantengo en silencio, pues no sé nada. El presupuesto que tiene y es público, mil millones de pesos, es muy modesto. Si siguen así, dando cada año eso, lamentablemente no creo que vaya a llegar a gran cosa.

El gobierno debe pensar, ‘si ya hicimos el esfuerzo de crear esta agencia, hay que apoyarla, hay que asignarle más presupuesto para que hagan proyectos tangibles’. No politizar”, agrega, luego de señalar que espera mejores noticias..