CIUDAD DE MÉXICO.- Entre todas las tareas diarias del trabajo, el estrés puede llegar. No siempre es fácil llevar múltiples proyectos, mantener buenos resultados o, incluso, realizar trabajo extra… peor aún: terminar el trabajo en casa y contestar emails en vez de dormir.
Si el estrés cotidiano no se controla, este estilo de vida puede derivar en un síndrome muy especial: el burnout; es decir, irritabilidad, dificultad para tomar decisiones, cansancio extremo, problemas gastrointestinales, insomnio, dolores de cabeza, taquicardia y nerviosismo.
Y aunque la medicina bien ha separado la depresión del burnout, por estar este último más relacionado con el cansancio debido al trabajo y no tanto con un problema psicológico, un estudio reciente publicado en la revista Personality and Individual Differences, indica que en realidad podrían estar muy relacionados ambos padecimientos.
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En el estudio se encuestaron a 1,386 profesores de aproximadamente 40 años en 18 estados de la Unión Americana; y estas personas, que se han dedicado a su profesión un promedio de 14 años, arrojaron resultados más que interesantes.
Se les administraron cuestionarios tanto para diagnosticar depresión, como para saber si padecían burnout. Los investigadores encontraron que 10% de las mujeres y 7% de los hombres sufrían burnout; asimismo 10% de los hombres y 10% de las mujeres probablemente padecían depresión.
Sin embargo, lo interesante son los patrones que presentaron quienes padecían burnout: se encontraron de moderados a severos síntomas de depresión entre este grupo. Aún más revelador es el hecho de que cada persona que reportaba padecer burnout, también presentaba síntomas de depresión.
Estudios como este indican que hoy, debido al dominio del trabajo en nuestras vidas y la ansiedad que llega con ello, debe haber razones de peso para que nos preocupemos por evitar sobrecargas de trabajo y estrés que deriven en burnout o tal vez en… depresión.
*livm