Ciudad de México.- Existe una gran cantidad de comida que no se consume en los restaurantes, ya sean sobras, platillos o ingredientes, los negocios deben asegurarse que tienen que servir alimentos frescos a diario.
En Estados Unidos los restaurantes dividen las sobras en tres categorías:
- Ingredientes. Llega a ocurrir que se compran de más.
- Componentes de los platillos. Por ejemplo, las salsas, aquellos platillos que ya se cocinaron pero que no se han servido.
- Sobras de la mesa. La comida que el comensal deja en el plato.
Según reporta The Daily Meal, cuando los ingredientes están en perfecto estado se separan y son llevados a programas de recuperación de alimentos, los cuales se aseguran de hacerlos llegar a aquellos que los necesitan. También existe la opción de que sean llevados a las cocinas de beneficencia de la localidad.
Cuando los alimentos están podridos se desechan, pero sí sólo están magullados, entonces se envían a los programas de recuperación.
En el caso de los componentes es más difícil, pues muchas veces los comedores comunitarios se resisten a recibir comida que ya fue preparada y servida. Para evitar tirar estos alimentos, los restaurantes los entregan directamente a aquellos que lo necesitan o los sirven mientras están frescos.
Algunos negocios se niegan a donar comida porque tienen miedo a ser demandados, pues podría ocurrir que los platillos enfermen a los consumidores. Sin embargo, gracias al Bill Emerson Good Samaritan Food Donation Act de 1996 los restaurantes están protegidos de cualquier responsabilidad civil debido a que entregaron la comida de buena fe.
Los restos de comida del plato del cliente es lo único que se tira a la basura.
El desperdicio de alimentos es un gran problema en Estados Unidos, un estudio realizado por el Natural Resources Defense Council en el 2012, reveló que los ciudadanos de aquel país tiraban a la basura cerca de la mitad de su comida, esto significaba un desperdicio de 165 mil millones de dólares anuales.
Jbf