Tres atletas de Río 2016 te enseñarán que nada es imposible

CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Se puede llegar tan lejos –como a los Juegos Olímpicos– a pesar de los malos pronósticos?

Algunos atletas de Río 2016 nos demuestran que, contra viento y marea, e incluso contra terremotos, se puede llegar a representar a toda una nación…  es más, sólo con ver tutoriales de YouTube también es posible.

YouTube fue su maestro

El lanzador de jabalina, Julius Yego de origen keniano, declaró en 2013, que él aprendió con muchas horas de tutoriales en YouTube cómo perfeccionar su técnica en el lanzamiento de jabalina.

Debido a que Kenia es una nación que envía más velocistas que cualquier otra clase de atletas, Yego, declaró que tuvo que aprender por sí solo debido a la escasez de especialistas en la jabalina.

“No tengo un entrenador. Mi determinación viene de adentro. Entrenar sin alguien que te guíe no es fácil, por eso con YouTube pude ver las técnicas de entrenamiento y habilidades que están utilizando”.

Mi padre quería que me rindiera en esto de la jabalina. Todos en Kenia son corredores, pero tomé esto como un reto para encontrar una nueva forma de encontrar el éxito”.

Ella no tiembla, ni aunque la tierra lo haga

A sus 13 años, Gaurika Singh ya ha logrado siete récords nacionales en nado en su natal Nepal.

Singh, quien ahora vive en Londres, representó a Nepal en Río 2016 y, aunque quedó en la posición número 31, su historia no deja de cautivar.

Singh se encontraba en Katmandú, la capital de aquella nación, para el campeonato nacional, cuando el terremoto de abril de 2015 golpeó la región y acabó con al menos 9,000 personas y cientos de edificios.

Fue horrible. Estábamos en el quinto piso de un edificio del que no pudimos escapar, así que nos cubrimos con una mesa por 10 minutos”.

La suerte la acompañó. “Por fortuna, era un edificio nuevo, así que no colapsó como otros a su alrededor”, recuerda recuerda Singh para el sitio oficial de Río 2016. 

Singh cuenta que ahora dona una parte de sus ingresos a fundaciones dedicadas a ayudar a víctimas del terremoto o a construir escuelas que se derrumbaron.

Por si fuera poco, es la atleta más pequeña de estos Juegos Olímpicos.

Escapó de la guerra contra viento y marea

The New York Times contó en semanas pasadas la historia de esta nadadora parte de la delegación de atletas olímpicos refugiados.

En agosto de 2015, Yusra Mardini y su hermana Sarah escaparon de Siria, una nación que aún hoy se encuentra en medio de una guerra civil que parece no tener fin. Ambas se embarcaron en un viaje que empezó en Líbano y terminó en Alemania, pero en el camino se encontraron con la muerte de frente.

Cuando el bote donde viajaban se rompió entre Turquía y Grecia ella y su hermana, quien también es nadadora, saltaron al agua y ayudaron a guiar el bote hasta tierra firme, explica el artículo.

Eran cerca de las 7 de la noche y la corriente hacía que el mar fuera hostil y agitado, pero ella y su hermana nadaron durante tres horas y media y ayudaron a que el bote mantuviera su curso, incluso cuando otros dos jóvenes nadadores se rindieron y dejaron que los llevara la corriente.

Hacía frío, su ropa la hundía y la sal del mar le quemaba los ojos y la piel.

El bote terminó por llegar a la costa en Lesbos, en Grecia, pero el viaje apenas había comenzado. Sin embargo, logró desafiar a la muerte, cambiar el curso de su vida y participar en unos Juegos Olímpicos en los que obtuvo el lugar número 41 en su disciplina.

¿Qué les espera a estos tres deportistas? No lo sabemos. Mientras tanto, sus lecciones son muestra de que todo se puede lograr.

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*livm