2 pares de zapatos, unas chanclas y unas pantuflas: así es un minimalista en México

—¿Cuántos zapatos tienes?

—Seis... tengo dos pares de tenis, las chanclas, unas pantuflas.

— Las chanclas y las pantuflas no cuentan.

—¿Por qué no, son zapatos y ocupan espacio? Bueno... entonces cuatro pares: dos de tenis y dos que sólo uso en ocasiones especiales.

Y no sólo es con los zapatos, Raquel tiene 4 tazas, 4 platos, 2 vasos para agua y 2 pequeños para mezcal, unos 3 platos hondos y utensilios de cocina. Al entrar a su casa, todo se siente limpio. Muebles, sólo los necesarios. Un sillón, un escritorio, una mesa pequeña y un mueble de madera para las plantas. Podría parecer que está vacío, pero en realidad se siente una gran tranquilidad, no está llena de cosas, pero cuenta con todo lo necesario.

¿La razón principal? Un estilo de vida en el que la felicidad no se sustenta en la acumulación de cosas, sino en disfrutar las experiencias. Y especialmente porque lo que a ella la hace sentirse plena, satisfecha y feliz, es no producir basura. Saber que cuando su tiempo en el planeta acabe, no quedarán cientos de cosas en espera de biodegradarse.

Se estima que cada persona produce diariamente entre medio kilo y un kilo de basura, lo que resulta en un promedio de… ¡270 kilos de basura al año por cada persona! Es probable que la cifra no te diga mucho, pero básicamente es lo equivalente al peso de 2 automóviles.

Desde que el cartón de la leche, el envase del jugo, las envolturas de las compras por internet… hasta lo mínimo: las bolsas de té, el papel de baño, las servilletas, el sobre de azúcar, todo cuenta, todo contamina.

Ésta es justamente una de las razones principales que tienen las personas que se han decantado por un nuevo modo de vida: el minimalismo. Tener lo mínimo, comprar lo mínimo, consumir sólo lo necesario.

Luego del boom de la serie de Marie Kondo, nos hemos preguntado, ¿de dónde viene el minimalismo?, ¿cómo se aplica en México?, ¿qué lleva a alguien a tomar este estilo de vida?

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La realidad es que hay muchas respuestas a esta pregunta, pero hemos buscado algunos testimonios para conocer cómo viven esta filosofía varias personas y varias de las mujeres consultadas coinciden en por qué eligieron este modo de vida.

Retomado del arte, y después del diseño industrial, el minimalismo también se refiere a la filosofía de vida que lleva a las personas a reducir sus pertenencias al mínimo y a reflexionar profundamente antes de adquirir algo.

Zero waste y minimalismo

Raquel se ha decantado por esta filosofía de vida por dos razones. La primera es que ha vivido en 3 ciudades en los últimos 5 años: Oaxaca, Puebla y la Ciudad de México; estos cambios de residencia provocaron que tuviera que dejar atrás muebles y pertenencias en cada ocasión, por lo que ahora vive con lo mínimo indispensable.

La segunda razón es que realizó una investigación sobre sustentabilidad que le cambió la vida.

Al igual que otros minimalistas, ella intenta producir la menor cantidad de basura posible: compra a granel productos de limpieza, shampoo, crema corporal, suavizante de ropa, cereales y otras cosas. Utiliza servilletas de tela y recicla toda la basura que aún así llega a producir. Su ideal es dejar de producir todo tipo de basura: zero waste.

Otra cosa que también me ha impactado es que en este afán de reciclar o de llevar cosas te das cuenta de todo lo que sacas de basura, porque yo lo tengo ahí amontonado hasta que lo llevo a reciclar, entonces lo ves después de tiempo y te das cuenta que es demasiado... Ya no quiero sacar basura", dice Raquel.

Tomar conciencia de lo que consumimos

En una época en la que el estilo de vida capitalista nos lleva a desear comprar cosas todo el tiempo y eso nos ha llevado a una sobreproducción y sobreexplotación de los recursos naturales, es muy interesante asomarnos a este tipo de propuestas que buscan que las personas tomen mayor conciencia de lo que están consumiendo y de si realmente lo necesitan o no.

Otros de los argumentos de esta filosofía son el orden, la limpieza y la economía: quienes se asumen en esta corriente, tienden a tener todo mucho más limpio y ordenado por el simple hecho de que tienen pocas cosas y también suelen ahorrar más, pues reflexionan mucho más antes de comprar algo.

En Facebook hay comunidades que comparten consejos para quienes quieren sumarse a este modo de vida, entre los grupos latinoamericanos están “Simplemente minimalista” y “Minimalistas en apuros”.

Curiosamente, aunque el minimalismo aplica para todos los géneros, los grupos son conformados casi exclusivamente por mujeres que buscan el apoyo de otras mujeres para cambiar su forma de vida.

A través de estos grupos preguntamos a sus integrantes qué los llevó a cuestionar su forma de vida anterior y a sumarse al minimalismo. Aunque las respuestas fueron diversas también tenían muchas cosas en común.

Mudanzas: la gran razón para cambiar de modo de vida

Al igual que Raquel, algunas de las personas tuvieron que mudarse varias veces. A veces incluso de país: “Lo que me ha hecho cambiar es la necesidad de minimizar ya que hemos pasado por 3 mudanzas en pocos años”, dice Rebeca Rubiño.

Ittza Urban, por su parte nos habla de lo que tuvo que hacer para mudarse a otro país “siempre he vivido con poco y hace 3 años cargué mi vida en dos maletas a 3000 km. Separa lo que realmente es útil como si te fueras a mudar... Lo demás es extra y puedes donarlo, tirarlo pero nunca reutilizarlo”.

Dentro de las mudanzas, también están las mujeres que tuvieron que renunciar a algunas de sus pertenencias a causa de una separación. Antonia López lo resume “Primero fue el divorcio, y volver al hogar materno, con sus miles de objetos más hermanos acumuladores (…) muy agobiante para mí y un mal ejemplo para mi hijo; así que poco a poco vendí mucho y doné. Después utilicé el método konmari y de ahí estoy en proceso al minimalismo”.

Ahorrar tiempo y dinero

Deudas que no terminan de pagarse, el deseo de poner un negocio propio, darse cuenta de lo mucho que se gasta, épocas económicas difíciles… Todas éstas son algunas de las razones financieras que llevaron a muchas mujeres a tomar este estilo de vida.

El simple hecho de analizar con mayor profundidad sobre lo que se consume permite a las personas invertir mejor su dinero.

Muchos de los minimalistas concuerdan en que ahora intentan comprar cosas que, aunque puedan ser más caras, sean mucho más duraderas. Utensilios de cocina, calzado, muebles. La idea es comprar cosas que no sean desechables para sacar el máximo provecho de ellas.

Resulta curioso notar que entre los minimalistas, existen muchas personas que antes se denominaban como shopaholics, y que ahora se decantan por un consumo moderado y evitan los excesos.

Aunado a esto va la conciencia de que los seres humanos estamos consumiendo a un ritmo tan voraz que nos estamos acabando los recursos naturales de futuras generaciones. En 2018, por ejemplo, nos agotamos los recursos que la tierra podía producir en un año desde el 1º agosto, lo que significa que 5 meses vivimos con materia prima que debería servir a los que vienen.

Aunque cada persona vive el minimalismo a su manera, ver cómo viven personas que se asumen en esta forma de vida debería sacudirnos algo por dentro: ¿cuántas cosas tenemos en nuestros hogares que no usamos?, ¿cuánta basura producimos en un mes?