Stablecoins: Las criptomonedas que podrían superar las limitantes del bitcoin

CIUDAD DE MÉXICO.- Para tener una idea de cuán volátiles son las criptomonedas, basta compararlas con el mercado accionario. El bitcoin, la criptomoneda más importante, experimenta en un solo día los mismos movimientos con respecto al dólar que el índice S&P 500 registra en veintitrés. Los especuladores se refieren a este aspecto como una característica.

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Cualquiera con cierto interés en utilizar este tipo de dinero digital para efectuar pagos, conservar ahorros u otorgar préstamos, lo considera un problema. En otras palabras, la volatilidad es un gran obstáculo para que las criptomonedas se utilicen de manera más generalizada.

Los criptoactivos de precio estable llamados “stablecoins” se crearon con el propósito específico de superar este obstáculo: son criptomonedas diseñadas para mantener un precio estable. Su número se multiplicó hace poco. Por lo menos veinte ya se negocian en las casas de cambio de criptomonedas, y muchas más se encuentran en etapa de desarrollo.

A pesar de ir en aumento, por ahora representan tan solo el 1,5 por ciento del valor de las criptomonedas en circulación. No obstante, intervienen en una gran proporción de las inversiones en general.

Los inversionistas las utilizan para conservar sus activos cuando no quieren tener criptomonedas volátiles, pero tampoco volver al dinero fiduciario (emitido por el gobierno). Las grandes empresas de capital de riesgo, como Google Ventures y Andreessen Horowitz, ya les dieron su voto de confianza, pues invirtieron más de 350 millones de dólares en proyectos de criptomonedas estables.

La mayoría de estos criptoactivos de precio estable utilizan como respaldo activos reales, por ejemplo, oro o dinero fiduciario. Algunas utilizan como garantía una canasta de criptomonedas. Otras no tienen ninguna garantía, pero las controla un algoritmo que aumenta o disminuye la oferta de manera que los precios se mantengan estables.

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Independientemente de su funcionamiento, lo que está por verse es si las criptomonedas estables le hacen honor a su nombre. En días recientes se hizo más evidente cuán importante es este punto. El 15 de octubre, la criptomoneda más grande del grupo, Tether, que utiliza el dólar como respaldo y cuyo volumen normal de intercambio es de cerca de 2500 millones de dólares, sufrió el más reciente de una serie de descalabros sufridos por estos activos debido a la especulación.

Su valor se desplomó al nivel más bajo que ha registrado en dieciocho meses. Ya recuperó la mayor parte, pero el incidente fue un recordatorio de que persiste cierta incertidumbre en cuanto a la solidez de Tether. La empresa responsable de esta criptomoneda todavía no ha presentado pruebas fidedignas de los fondos que dice tener para garantizar su paridad con el dólar.

Los rivales están aprovechando las tribulaciones de Tether para poner de relieve las ventajas que ofrecen. Muchos emisores nuevos se someten de manera voluntaria a revisiones en las que autoridades nacionales examinan sus políticas de combate al lavado de dinero y verificación de datos de los clientes. Trueusd, otra criptomoneda estable respaldada con el dólar, se somete a auditorías regulares y conserva fondos de garantía en un fideicomiso externo.

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 Eidoo, una empresa que ofrece criptomonedas estables respaldadas con oro, permite a sus clientes vigilar sus reservas del metal precioso mediante un enlace de video a la bóveda en la que lo conserva.

De cualquier forma, los expertos ajenos a la criptoesfera no están convencidos de que las criptomonedas estables tengan el futuro asegurado. No solo por el riesgo de no mantener su paridad, al igual que las monedas y activos de la vida real.

Por ejemplo, como señala Barry Eichengreen, de la Universidad de California en Berkeley, las criptomonedas estables tienen características “atractivas para los evasores fiscales y quienes quieren lavar dinero”. Entre otras cosas, pueden utilizarse para evadir los impuestos pagaderos en muchas jurisdicciones cuando se intercambian criptomonedas por dinero fiduciario. Más les vale a los reguladores mantener los ojos bien abiertos.