Prueba de fuego para el Presidente

El tuit de Muñoz Ledo fue contundente. Se pronunció contra otorgar facultades unipersonales al Ejecutivo al margen de la Constitución en materia de presupuesto, contenida en la iniciativa que envió a la Cámara de Diputados el presidente López Obrador el 23 de abril para adicionar un artículo (21ter) que le permita “en caso de que se presenten emergencias económicas en el país”,  reducir gasto discrecionalmente (se llama flexibilidad) y  orientar el recurso para preservar “acciones y proyectos prioritarios” (así de general) de la Administración Pública Federal, fomentar actividad económica, atender la emergencia de salud y los programas en beneficio de la sociedad.

La iniciativa ha generado una reacción en cadena de críticos. Atendiendo al análisis constitucional, supone una invasión efectiva de las competencias de la Cámara de Diputados inscritas en el artículo 74 fracción IV de la Constitución y el artículo 105 fracciones I y II de la Carta Magna que, por cierto, el Presidente juró hacer cumplir. El 24, la iniciativa se turnó a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, les faltaba el presidente y el 27 nombran en el grupo de Morena al diputado Erasmo González, con la finalidad de que el dictamen esté listo hoy, pase a la Comisión de Hacienda, que preside la panista Patricia Terrazas, siempre usando la mayoría “ampliada” de Morena, y el jueves, cuando se instale la Permanente, convoque a un periodo extraordinario que “saque la iniciativa”.

Si la operación legislativa resulta, el 5 de mayo tendría el Presidente la capacidad de ajustar el presupuesto en los términos de su decreto de austeridad republicana 2. De eso se trata, ¿qué no? Mire. La ley en cuestión, que es la norma secundaria que regula el presupuesto, le faculta al Presidente la reasignación de gasto, pero cuando los ingresos tributarios (incluya derechos petroleros) caen más de 3.0% del total aprobado para el ejercicio, el artículo 21 (al que pretenden agregarle el TIR), establece en qué debe recortar el gasto el Ejecutivo y a qué le debe dar prioridad. Esa es la diferencia. Igual se trata de contingencias. Desde finales de marzo, cuando el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, envió a la Cámara el documento de Precriterios de Política Económica, ya preveía una caída en el escenario fiscal del orden de 300 mil millones de pesos para 2020, dada la expectativa de crecimiento negativa de 3.9% del PIB. Hoy esa tasa parece optimista.

Ese supuesto implica que el Presidente debe presentar un programa de ajuste presupuestal de gastos de operación básicos (celulares y eso), pasa por el uso del Fondo para Contingencias Presupuestales (se gastaron la mitad el año pasado) y si no alcanza, debe proponer a la Cámara de Diputados un programa con dos objetivos: preservar la estabilidad macro fiscal e impulsar la economía y proteger el gasto social.

El grupo de Morena, encabezado por el diputado Mario Delgado, intentará mejorar la iniciativa al Presidente acotando el periodo de aplicación de la “flexibilidad” buscada, definir qué es emergencia económica (porque hay un vacío en la ley), establecer qué autoridad externa al Presidente y el Congreso determine cuando se presenta la emergencia y el periodo que debe incluir (exploran Banxico/Inegi, atendiendo a ciertos indicadores). Muchas vueltas para algo tan simple. ¿Por qué no mejor manda su plan de ajuste presupuestal y sigue la ruta que quiere?, ¿no le saldría más barato (políticamente) al Presidente dado que tiene la mayoría en el Congreso para hacerlo? Nadie le va a estorbar y la flexibilidad siempre ha existido y seguirá existiendo.

DE FONDOS A FONDO

#Pisa… La crisis sanitaria desencadenada por el COVID-19 marca un antes y un después para el sector salud y la industria farmacéutica y de dispositivos médicos y, pese los de- sencuentros mañaneros, hay empresas que no dudan en apoyar al sector salud. Vea el caso de PISA Farmacéutica, empresa 100% mexicana, presidida por Carlos Álvarez Bermejillo, quien en últimos días se ha encargado de producir y donar más de 200 mil kits con careta, cubrebocas y guantes para el personal de salud del IMSS, ISSSTE e Insabi.