Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

7 Feb, 2020

¿Y si la corrupción tiene origen en el gobierno?

Una acción indebida que se repite en el sistema de compras y pagos del gobierno, puede explicar en parte la contracción económica que se ha observado a lo largo de 2019, y pese a las buenas intenciones, comienza a permear para 2020. De hecho, esa acción tiene que ver con el aumento del “riesgo de pago del gobierno” del presidente López Obrador, que ha provocado que instituciones financieras no bancarias y bancarias, “se la piensen” antes de conceder crédito a proveedores del gobierno, ya no digamos al gobierno mismo.  Se renuevan las líneas más no se extiende nuevo financiamiento y, ni Nafin o Bancomext de Eugenio Nájera, o las buenas intenciones que no gestiones de Alfonso Romo, logran remediar.

Una buena parte del gobierno y de las empresas del Estado, no pagan a tiempo sus facturas, más aún, les piden –lo que es ilegal— a los proveedores que refacturen. Si la deuda es de septiembre y octubre y está parada, ya la mandaron a enero con pago para abril. Así como lo oye. Eso ha provocado un problema de liquidez para muchas empresas, de casi todos los sectores y, ha provocado que la caída económica de un primer año de gobierno se haya vuelto más aguda en éste.

Nadie sabe de dónde parte la instrucción, pero seguro que el secretario Arturo Herrera, debe conocer la práctica que resulta en un engaño en materia de gasto público y registro de pasivos corrientes, desfasa la programación del gasto y también disminuye la recaudación fiscal, dado que lo que hacen las dependencias u organismos desde septiembre del año pasado, no admitir las facturas para su cobro. Esa práctica evita presentar en el balance de las dependencias el aumento de adeudos por cobrar de ejercicios anteriores, pero también está facilitando –seguramente le interesará investigarlo a la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, la reedición del coyotaje para conseguir la liquidación de facturas.

Y mire el detalle. Significativo por el caso. Recordará cuando la ex oficial mayor de Hacienda, hoy titular del SAT, Raquel Buenrostro, inició el nuevo sistema de compras consolidadas con el cambio de modelo en las adquisiciones de medicinas e insumos para la salud. Era 25 de mayo cuando anunciaba que tenía cubierto el abasto de retrovirales, luego de que se había señalado escasez y, producto de la compra, se habían ahorrado mil 700 millones de pesos, pues el nuevo proveedor había ofrecido el medicamento genérico a un precio considerablemente inferior.

La farmacéutica nacional que le ganó el contrato a la gigante internacional entregó en tiempo y forma el medicamento. El pago del contrato se convino contra entrega a un máximo de 60 días y, por tratarse de Consida, se realizaba a través del fondo del Seguro Popular. Los reclamos de desabasto cedieron, pero ahora la ahorcada es esa farmacéutica, pues resulta que la factura de septiembre, que debía liquidarse en noviembre, sigue sin cobrarse. La de octubre igual y la de noviembre igual y, para diciembre, cambiaron al proveedor y regresaron a la farmacéutica que tenía el contrato originalmente, porque bajó “milagrosamente” el precio e incluso entregó el innovador de innovadores, aprobado apenas el año pasado por la FDA en dosis única como antirretroviral. Es enero y la empresa nacional tiene tres facturas sin cobrar por casi 200 millones de pesos y, obvio, para surtir en emergencia, tuvo que adquirir insumos y usar su liquidez. Hoy tiene una verdadera crisis de pagos y está a punto del default bancario y ni cómo recurrir a la exoficial mayor, hoy ocupada en otros menesteres. Dicen que no le han pagado porque el Seguro Popular se convirtió en Insabi y que ahora Juan Antonio Ferrer quiere volver a revisar todo. ¿Eso no es corrupción?

DE FONDOS A FONDO

#CCE. La ratificación de Carlos Salazar en la presidencia del CCE fue esperada, tanto como su continuidad por otros dos años. Lo que habría que preguntarse es ¿Qué puede cambiar en la representación de la máxima cúpula empresarial? El martes se conocerá su decálogo para replantear la Dimensión Social y el Sentido de las Empresas. No creo que resulte una propuesta moralina pero esperemos que sea ¡Provocadora!

 

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