Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

25 Ene, 2019

Cómo patrocinaremos las ferias; el futuro de Playa Espíritu

MADRID.— En la Secretaría de Turismo federal, cuyo titular es Miguel Torruco, están contemplando que el resto del año México participe, al menos, en la Feria de Turismo de Berlín (ITB), en el Mercado Mundial de Turismo de Londres (WTM) y en Aimex Frankfurt y Las Vegas, ambas especializadas en turismo de negocios.

También es cierto que este trabajo se coordinará desde la dependencia a través de funcionarios que ocuparán una nueva área de promoción y siempre con el apoyo de Carlos Fernández, quien está asesorando a Torruco en esa tarea.

Este especialista en mercadotecnia turística ha diseñado un esquema en el que, para auspiciar los pabellones, habrá participantes AAA, o “platino”; también AA u “oro” y A que sería “plata”.

Por lo pronto, y ya librando la presencia en ANATO Colombia, en donde sólo el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo levantó la mano; este organismo ya decidió comprar dos posiciones platino en Berlín y ahora están cerrando espacios con el resto de los destinos y con la iniciativa privada.

No hay una garantía de que el modelo funcione, tampoco se ven empresas dispuestas a tomar el riesgo de comprar los pisos; pero si el esquema es viable, por allí iniciará el proceso de reposición de la presencia de México en las ferias internacionales tras el anuncio del cierre del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM).

DIVISADERO

REGRESO INESPERADO. Quirino Ordaz, gobernador de Sinaloa, tuvo que adelantar un día su regreso de la Feria Internacional de Turismo de España (Fitur), para asistir a un evento de seguridad al que convocó Alfonso Durazo, secretario de ese ramo en el gabinete federal.

De hecho ese mismo evento fue la razón por la que Carlos Joaquín, gobernador de Quintana Roo, canceló su asistencia a Fitur.

Ordaz, además, recibirá el sábado al presidente Andrés Manuel López Obrador en Sinaloa y juntos irán a Playa Espíritu, lugar, por decir lo menos, del fallido proyecto del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), que encabeza Rogelio Jiménez Pons.

Desde que arrancó el proyecto en el sexenio de Felipe Calderón, ya se le han invertido más de dos mil millones de pesos para mutar en un elefante blanco que produce cocos en medio de playas paradisiacas.

El paquidermo ha sido “alimentado”, además, a un costo promedio de cien millones de pesos al año, que han servido para desarrollar una infraestructura que básicamente no sirve para nada.

La discusión ahora estriba en qué hacer con todo eso, las opciones son generar una alianza con particulares aunque para volverlo atractivo habría que construir un aeropuerto en la región de Escuinapa, pues Playa Espíritu está a hora y media de Mazatlán.

También se podrían seguir haciendo paulatinamente más inversiones en infraestructura; e incluso ponerlo a “dormir” con todos esos recursos paralizados o venderlo asumiendo una fuerte pérdida.

Se trata de una de esas historias en donde hay que optar por el mal menor; pero la buena noticia es que, seguramente, en breve habrá una definición.

 

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