El futuro de los CIP

Rogelio Jiménez Pons, próximo titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) ofreció una conferencia sobre el Tren Maya durante el Foro Cancún Ciudad del Futuro.

La vicepresidente del CNET y hotelera, Cristina Alcayaga, le preguntó específicamente quién estaba patrocinando los proyectos ejecutivos del tren y él respondió que lo estaban haciendo “rascándole” a los recursos propios y con algo de dinero de los gobernadores.

También le preguntaron por qué empezaría por Palenque y no por Cancún e hizo referencia a que ya había una vía ferroviaria de nivel dos y que sería más fácil hacerla de nivel cuatro; pero que con meses de diferencia también arrancaría la obra desde Cancún.

Después le plantearon que la de Cancún-Tulum fueran tres y no dos las vías férreas y él dijo: “Claro, es algo que debemos considerar”.

Jiménez Pons dijo también que desaparecerán todas las delegaciones que tiene Fonatur en los Centros Integralmente Planeados (CIP) y que sólo preservarán las áreas de mantenimiento.

Además aseguró que el trabajo de atención a las vialidades, agua potable y demás actividades del Fondo en los CIP se harán subcontratando a empresas privadas especializadas en cada destino.

En el tercer año de Vicente Fox, el entonces titular de Turismo, Rodolfo Elizondo, y John McCarthy, como titular de Fonatur, tuvieron que regresarse de sus vacaciones en diciembre, porque el Congreso le iba a quitar a Fonatur toda la partida para los CIP.

El asunto hubiera sido gravísimo no sólo porque hubiera afectado la calidad de servicios, sino porque además hubiera generado un problema político importante.

Fonatur tiene un peso en las decisiones de los CIP, es una oficina para negociar con los estados y con los presidentes municipales y además suple muchas de las deficiencias que ya existen en los servicios locales.

 Si el 15 de diciembre, cuando el Ejecutivo envíe el Paquete Económico al Congreso, realmente desaparecen las partidas para las delegaciones de Fonatur, estados como Baja California Sur, Quintana Roo, Guerrero, Oaxaca y Sinaloa ya deberían de tener muy claro las implicaciones potenciales de esa decisión.

También sería importante ver los escenarios en caso de que realmente no haya marcha atrás.

Los plazos de transición serán muy importantes, así como la ejecución del nuevo esquema, dado que Fonatur tiene una experiencia de casi cinco décadas realizando las tareas de apoyo a los servicios públicos desde que comenzó a hacer esa tarea en Cancún.

Reemplazarlo tendrá, en el mejor de los casos, una curva de aprendizaje que puede ser costosa en términos políticos y turísticos.

Hay que imaginar que, además, de todos los retos que existen respecto a la llegada de viajeros internacionales y las alertas de viajes de Estados Unidos que se actualizaron ayer, los principales receptores de viajeros no estuvieran en las mejores condiciones para cumplir eficazmente su tarea.

En el futuro, Fonatur estará enfocado seguramente al Tren Maya, pero no debe descuidar las tareas que le han generado un prestigio no sólo a la institución, sino al turismo de México.