Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

12 Nov, 2018

La inclusión de biométricos a los procesos migratorios

 

De viaje por Kuala Lumpur, capital de Malasia, Alí, un guía de turistas apasionado de su país, compartió la visión local sobre las Torres Petronas, que hasta hace poco eran las más altas del mundo.

Aunque sean sedes de la paraestatal petrolera de Malasia y de las empresas privadas que trabajan con la primera, son relativamente pocos los turistas que suben a las mismas y además lo hacen a un mirador que no está en el piso más alto. Sin embargo, no hay visitante que desprecie verlas y tomarse una foto con ellas a su espalda, pues son el símbolo del desarrollo de este país del Sureste Asiático.

Por cierto, allá, su aeropuerto original fue demolido y transformado en un centro comercial, mientras que el actual es el principal centro de distribución aérea entre esa región y los Emiratos Árabes Unidos.

Aunque sigue abierta la discusión sobre si un grupo de grandes empresarios mexicanos podría seguir con el proyecto, prácticamente cancelado, del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), hoy existen decisiones postergadas, que de implementarse rápidamente apoyarían la llegada aérea al país, como es claro en Asia.

Lo primero y más importante sería iniciar con un proyecto para implementar el uso de la tecnología biométrica al ejecutar los procesos migratorios.

En el aeropuerto de Pudong, en Shanghái, China, ya es obligatorio registrar las huellas dactilares la primera vez que se entra a ese país, una medida que está en marcha hace relativamente poco.

El proceso es sencillo y ocurre una sola ocasión, así es que ahora hay unas áreas para escanear el pasaporte y todos los dedos de las manos, cuyos registros se integran a un banco de huellas humanas que está construyendo China.

Minutos después, al pasar migración por primera vez, ya con las huellas registradas, se comienzan a utilizar las mismas como parte del proceso normal de entrada al gigante asiático.

En Singapur y Malasia, el proceso consiste en registrar las huellas de los pulgares en el momento mismo en que las autoridades migratorias están autorizando a los extranjeros entrar a sus respectivos países.

Mientras en México no se ha logrado siquiera que funcione con eficiencia en los principales aeropuertos el programa de viajero frecuente, fundamentalmente con Estados Unidos, que ofrece el aliciente de ya no hacer filas y entrar al país utilizando unas máquinas con las tecnologías biométricas ligadas al pasaporte.

Gloria Guevara, presidenta del World Travel & Tourism Council (WTTC), ha advertido que México es uno de los países más atrasados del mundo en el uso de tecnologías biométricas; algo que claramente no concuerda con la posición de liderazgo del país como receptor de turistas internacionales.

Las tecnologías biométricas agilizarían y abaratarían en el mediano plazo la llegada de viajeros; además, son fundamentales para fortalecer los procesos de seguridad a través de la tecnología.

Si de verdad ya no habrá NAIM, ha llegado el momento de trabajar seriamente en temas como éste y otros más.

 

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