Bancos centrales: ¿Terminó la política monetaria expansiva?

Todo indica que se dará una tendencia en la que preocupa más el crecimiento acelerado de la inflación, confiando en que la recuperación económica se dará independientemente de la política monetaria.
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Todo indica que se dará una tendencia en la que preocupa más el crecimiento acelerado de la inflación, confiando en que la recuperación económica se dará independientemente de la política monetaria. Foto: iStock
Todo indica que se dará una tendencia en la que preocupa más el crecimiento acelerado de la inflación, confiando en que la recuperación económica se dará independientemente de la política monetaria. Foto: iStock

CIUDAD DE MÉXICO.- Después de la postura tomada por algunos miembros del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra y de la decisión del Banco de México de subir la tasa de referencia de política monetaria, parece que los tiempos de la política monetaria expansiva están por terminar. Todo indica que se dará una tendencia en la que a las autoridades monetarias les preocupa más el crecimiento acelerado de la inflación, confiando en que la recuperación económica se dará independientemente de la política monetaria.

En Estados Unidos también se está dando esta nueva tendencia. Funcionarios de la Reserva Federal dijeron el miércoles que es hora de que el banco central comience a revertir las políticas de dinero fácil implementadas para respaldar la economía después de que la pandemia de coronavirus azotara ese país en marzo de 2020. La presidenta de la Fed de Kansas City, Esther George, dijo que el banco central ha progresado lo suficiente hacia sus objetivos de impulsar el crecimiento y el empleo como para poner fin a sus 120 mil millones de dólares (mdd) en compras mensuales de valores hipotecarios y del Tesoro.

Al parecer ha llegado el momento en poner un freno al programa de compras de valores de la Reserva Federal. Mensualmente se compran 120 mil mdd (80 mil mdd en bonos del tesoro y 40 mil mdd en bonos hipotecarios), lo que significa un incremento importante en la hoja de balance del banco central. Se plantea un ritmo de reducción de 10 mil mdd y cinco mil mdd, respectivamente.

Y es que la Fed ha estado comprando grandes cantidades de activos para proporcionar un estímulo adicional después de reducir su tasa de interés a corto plazo a casi cero, y los funcionarios se comprometieron en diciembre a continuar esas compras hasta lograr un progreso “sustancial” hacia la salud económica y del mercado laboral. Ahora se espera que a la par de una recuperación económica en marcha, se dé una transición de un ajuste extraordinario de la política monetaria a una postura menos expansiva y cada vez más neutral. Aun así, la posición de la Reserva Federal será más “neutral”, mientras que otros bancos centrales, como el de México, adopta un comportamiento que puede ser interpretado por varios agentes como agresivo.

El problema, como ya ha sido bien reseñado en muchos espacios, es que la inflación se ha disparado desde abril en medio de cuellos de botella en la cadena de suministro y otros obstáculos relacionados con la reapertura de la economía. Para el caso de EU, incluso si algunos de esos factores se revierten, la fuerte demanda, la recuperación del mercado laboral y las expectativas de inflación estable significan que el banco central ya no necesitará comprar activos para proporcionar estímulo.

Esto es así porque para algunos ya ha comenzado a ser preocupante los niveles de inflación, ubicados en 5.4%, lo que está por encima de la meta de 2.0%. Inicialmente se consideraba que esto sería un problema temporal, pero se van dando pistas que probablemente no sea así y que será necesaria la participación del banco central.

También Robert Kaplan, presidente de la Fed de Dallas, argumentó que el banco central debería comenzar a reducir el ritmo de compra de activos para octubre. Por ahora parece que no todos tienen prisa por parar estas medidas y quieren esperar hasta noviembre de este año para comenzar a evaluar las acciones a implementar. La idea es que se dé una reducción de las compras actuales de 80 mil mdd en bonos del Tesoro al mes y 40 mil mdd en bonos hipotecarios a un ritmo de 10 mil mdd y cinco mil mmd por mes, respectivamente, has- ta eliminarlas por completo a mediados de 2022. Kaplan cree que esta reducción está justificada porque las circunstancias que enfrenta la economía son muy diferentes a la recesión de 2007-09. 

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En ese entonces, había un déficit en la demanda que se extendió por mucho tiempo. Ese problema no existe ahora. Lo que se tiene en este momento es un problema de oferta, por lo que la compra de bonos corre el riesgo de sobreestimular la demanda y exacerbar los cuellos de botella de la cadena de suministro que afectan a la economía.

El tema debe ser revisado porque el año pasado el banco central dijo que man- tendría las tasas de interés cercanas a cero hasta que se proyectara que la inflación se ubicaría moderadamente por encima de 2% durante algún tiempo, y hasta que el mercado laboral alcanzara las condiciones asociadas con el “empleo máximo”. Hoy la inflación está muy por encima del objetivo de 2% de la Fed. Además, determinar el empleo máximo es una cuestión compleja, pero para muchos es un error utilizar los criterios de empleo prepandémicos como punto de referencia debido a los cambios en la composición de la fuerza laboral.

Por: Ismael Valverde-Ambriz 

*amm 

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