Cuáles son los retos ante la caída de los petroprecios

A la economía de Rusia le resultará difícil encontrar nuevos mercados para el queroseno, el diésel y otros productos, incluso a un precio más bajo.
Economía -
Una bomba de la industria petrólera, al fondo se observa el cielo naranja del atardecer.
Cuáles son los retos ante la caída de los petroprecios. Foto: iStock

Pero 2023 será mucho más difícil, con precios de energía más bajos y mayores descuentos en el crudo ruso, respaldados por el tope de precios impuesto por el G7 de 60 dólares por barril. Aunque Rusia, en un principio, lo desmiente: ellos no ven ninguna razón para preocuparse por el presupuesto del 2023 y siguen considerando que tiene la capacidad para financiar la invasión de Ucrania. Los ingresos por petróleo y gas alcanzaron el año pasado 168 mil millones de dólares, su nivel más alto desde 2011, debido a los altos precios y una redirección de las exportaciones de crudo a India y China. 

Sin embargo, la caída de los precios del petróleo en el último tramo del año y los costos de la guerra ampliaron el déficit de Rusia a 2.3% del PIB en 2022. Por tanto, hay riesgos fiscales y financieros en torno a Moscú, dado que los ingresos del petróleo y el gas representan 40% del presupuesto federal. Basta con ver que actualmente se pronostica un promedio para el barril de Brent de 83 dólares para el 2023, 18% menos que en el 2022.

Pero, además, los compradores de petróleo ruso, básicamente India y China, dado que tienen un mayor poder de mercado, exigen descuentos cada vez más amplios respecto al Brent. En el 2022, los descuentos privaron a Moscú de unos 50 mil millones de dólares, equivalente a 12% de sus ingresos previstos. El diferencial entre el Brent y el Ural, la mezcla rusa líder, es sustancialmente mayor que antes de la invasión en febrero pasado, rozando los 30 dólares.

Dos gráficas con datos acerca de los precios del petróleo.

Por otro lado, el Ural cayó después de que se introdujera el tope de 60 dólares el barril el 5 de diciembre y actualmente se compra en 44 dólares, aproximadamente un 44.3% por debajo del Brent. También está muy por debajo del nivel de 70 dólares utilizado como base para el presupuesto de Rusia de 2023, que prevé un déficit de 2.0% del Producto Interno Bruto (PIB)

Esa combinación, tope al precio y precios más bajos, está privando al Kremlin de unos 160 millones de euros al día. El presupuesto de Rusia para 2023 proyecta una caída del 23% en todos los ingresos por petróleo y gas en comparación con 2022. Según los datos del Ministerio de Finanzas de Rusia, si la producción de petróleo cae entre 7.0 y 8.0% con respecto a los niveles de 2022 y el precio promedio del Ural es de 50 dólares por barril, Rusia se verá privada de 23% de sus ingresos proyectados de petróleo y gas para 2023. Si el Ural tienen un promedio de 35 dólares, enfrentaría un déficit de 45 por ciento.

Los ingresos podrían recibir otro golpe cuando en febrero entre en vigencia otra prohibición del G7 sobre productos de petróleo refinado. China e India prefieren comprar crudo ruso más barato para refinarlo en sus propias plantas. Por lo tanto, a Rusia le resultará difícil encontrar nuevos mercados para el queroseno, el diésel y otros productos, incluso a un precio más bajo. Rusia también admitió la semana pasada que había un “riesgo” de exportaciones de gas más bajas de lo previsto, aunque el gas proporciona sólo una fracción de los ingresos del petróleo.

No obstante, a pesar de este panorama, la caída de los ingresos no limitará necesariamente la capacidad de Putin para hacer la guerra. Si 2023 se ajusta a las previsiones, Rusia puede cubrir las pérdidas y financiar el conflicto en los niveles planificados. Continuará tomando prestado internamente, principalmente de bancos estatales, y retirará dinero de su fondo de riqueza de 148 mil millones de dólares, incluso mediante la venta de tenencias de renminbi chino.

En el caso probable de que los ingresos fueran más bajos y, como en 2022, gastara más de lo planeado, Rusia tendrá que aumentar los préstamos y seguir recurriendo al fondo, lo que Putin se muestra reacio a hacer, o reducir el gasto en desarrollo económico e infraestructura. Pero como la guerra de Ucrania es el foco principal de la formulación de políticas del Kremlin, el gasto militar, que representa casi un tercio del gasto en 2023, será el último en sufrir algún daño.

Por: Ismael Valverde - Ambriz 

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