Desarrollo social, con el mayor peso en el gasto público

En el contexto de reformas administrativas que buscan reducir el gasto de funcionamiento del Estado en órganos desconcentrados y autónomos, el gasto social se posiciona como el principal eje del Presupuesto al cierre de gobierno. 

Datos de la Secretaría de Hacienda muestran que este año se prevé erogar 12.7% del PIB en la función desarrollo social, la proporción más alta que se tenga registro. 

Cuando al rubro se le resta el pago de pensiones contributivas, la proporción del gasto en desarrollo social se ubicará este año en 8.4% del PIB en 2023, el porcentaje más alto desde 2015. 

De este último valor, 5.0 puntos del PIB corresponderán a 121 programas prioritarios de desarrollo social considerados en el inventario del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre los que destacan la Pensión para Adultos Mayores, las Becas Universales para Secundaria y Preparatoria, entre otras transferencias. 

Estos 5.0 puntos del PIB en programas sociales prioritarios también representarán la proporción más alta desde 2015. 

Estos datos darán como resultado que el gasto en desarrollo social pase de 59.8% del gasto programable (bienes y servicios a la sociedad) al inicio del sexenio, a 65.6% durante este año.

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FACTORES 

Rodolfo de la Torre, director de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), explicó a Excélsior que en México y otros países es normal que se presenten incrementos en el gasto social hacia el cierre de un periodo de gobierno, pues esto se conoce en la literatura como el ciclo político presupuestal. 

Se procura casi siempre aumentar el gasto social hacia el cierre de un gobierno, en particular aquel que tiene más impacto en el corto plazo y que pudiera generar percepciones positivas hacia el gobierno en turno. Esto se ve claramente en los programas de transferencias monetarias, pero también en otro tipo de gasto como pavimentación de calles, arreglos de parques etc.”, dijo De la Torre. 

En particular, explicó que rubros como salud y educación pudieran no verse tan beneficiados de este ciclo político presupuestal, dado que son gastos que tienen efecto en el mediano y largo plazo, por lo que apoyan poco en las percepciones electorales de la ciudadanía. 

De la Torre fue enfático al señalar que este mayor gasto social como parte del ciclo electoral no implica compra votos ni acciones ilegales, sino que lo que se intenta es aumentar los apoyos sociales para que se tenga percepción positiva del gobierno y su partido.

SALUD Y EDUCACIÓN 

Sobre el gasto en salud y educación, de los rubros más importantes del gasto en desarrollo social, Rodolfo de la Torre comentó que se han incrementado en los últimos dos años de la actual administración, pero no sólo siguen siendo insuficientes, sino que ha habido problemas operativos. 

Sobre la Salud, dijo que con la reforma del Insabi en 2019 se desatendió a la población no derechohabiente, por lo que sigue siendo un problema. 

Y sobre el gasto en educación, explicó que este no ha logrado resarcir el impacto de la pandemia, que redujo entre 1 y 3 años el grado de escolaridad, por lo que no se han hecho esfuerzos complementarios para reforzar y nivelar las habilidades de los estudiantes.

Por Paulo Cantillo