El BCE eleva la tasa de interés; el euro se desploma frente al dólar

En una decisión dividida, los funcionarios del Banco Central Europeo (BCE) elevaron la tasa de depósito del banco a 4.0%, el décimo aumento consecutivo y un aumento vertiginoso desde menos de cero el año pasado. En conferencia de prensa, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, señaló que el aumento de tipos del jueves podría ser el último, aunque no descartó nuevas subidas si los datos económicos no son positivos. 

Los funcionarios del BCE consideran que las tasas “han alcanzado niveles que, mantenidos durante un periodo suficientemente largo, harán una contribución sustancial” a reducir la inflación a su objetivo de 2.0%, dijo Lagarde, repitiendo el lenguaje utilizado en la declaración de política del banco.

El comentario llevó a los inversionistas a rebajar sus expectativas sobre las tasas futuras del BCE, lo que hizo que el euro cayera casi un centavo frente al dólar a menos de 1.07 dólares, su nivel más bajo desde marzo.

Los rendimientos de los bonos cayeron, y los de los bonos gubernamentales de referencia a 10 años de Alemania, Francia e Italia cayeron entre 0.05 y 0.10 puntos porcentuales. Las acciones europeas subieron y el índice de referencia Stoxx Europe 600 subió más de 1.0 por ciento. 

La eurozona todavía tiene tasas de interés más bajas que Estados Unidos, así como una inflación más alta y una economía en dificultades que contrasta con un crecimiento económico relativamente saludable en Estados Unidos, todos ellos factores que pesan sobre el euro. 

Los principales bancos centrales, incluida la Reserva Federal, están señalando un posible cese de una serie histórica de aumentos de las tasas de interés durante los últimos 18 meses destinados a abordar un aumento de la inflación no visto desde los años setentas. 

Poner fin a los aumentos de tasas favorecería a los prestatarios en medio de la incertidumbre en la economía global, la caída del comercio internacional y la vacilante producción industrial. 

Sin embargo, señalar un pico en las tasas de interés ahora corre el riesgo de permitir que se afiance una inflación excesiva en ambos lados del Atlántico. Algunos bancos centrales, incluidos los de Australia y Canadá, señalaron una pausa en los últimos meses, sólo para empezar a subir las tasas nuevamente. 

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Los recientes movimientos del mercado sugieren que los inversionistas ahora están apostando a que las tasas han alcanzado ya su punto máximo e incluso que comenzarán a caer en la próxima primavera, a medida que la inflación y el crecimiento económico bajen. 

Es probable que el BCE mantenga las tasas de interés en alrededor de 4.0% hasta el próximo verano antes de comenzar a recortarlas. 

También es posible pensar que la Reserva Federal mantendrá las tasas estables en un rango entre 5.25 y 5.50% en su reunión de la próxima semana, y comenzará a recortar las tasas a principios del próximo año. 

Se espera que el Banco de Inglaterra aumente las tasas de interés al menos una vez más este año antes de recortarlas más adelante el próximo año. 

Los inversionistas estaban inusualmente divididos antes de la decisión del jueves sobre si el BCE haría una pausa o anunciaría quizás un último incremento de tasas. 

Ese desacuerdo refleja la incertidumbre sobre hasta qué punto una desaceleración del crecimiento de la eurozona, junto con los anteriores aumentos de tasas del BCE, enfriarán la tasa de inflación de la región, que se mantuvo en 5.3% en agosto, sin cambios respecto al mes anterior. 

Mientras tanto, un reciente aumento de los precios del petróleo junto a la depreciación del euro podría estar empujando la inflación en la dirección equivocada. 

El euro se ha desplomado frente al dólar en las últimas semanas, a alrededor de 1.07 dólares desde 1.12 dólares en julio, a medida que las perspectivas económicas de la eurozona se han deteriorado. Eso aumenta el costo de los bienes importados, lo que dificulta el trabajo del BCE.

Por Ismael Valverde-Ambriz