El Regalo De La Fed: El Año Que Vivimos Sin Peligro

Al invertir, se asume un riesgo. En renta variable se asume el riesgo de que la empresa en la que se ha invertido tenga resultados peores a lo esperado, o incluso quiebre.
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El Regalo De La Fed: El Año Que Vivimos Sin Peligro. Foto: Pixabay
El Regalo De La Fed: El Año Que Vivimos Sin Peligro. Foto: Pixabay

CIUDAD DE MÉXICO.- Al invertir, se asume un riesgo. En renta variable se asume el riesgo de que la empresa en la que se ha invertido tenga resultados peores a lo esperado, o incluso quiebre. En renta fija el riesgo es que las tasas de interés suban, o que el emisor también, entre en bancarrota. ¿Pero qué ocurre cuando el principal inversionista del mercado, quien asume los riesgos más altos, es el banco central más poderoso del mundo? Si, la Fed está comprando todo el peligro inherente al invertir.

Existe una medida tangible del peligro en los mercados financieros, el llamado “mide miedo” (the fear gauge), el índice VIX, el cual es una medida de la volatilidad del mercado. Este índice llegó a despegar hasta 82.69 puntos el 16 de marzo, cuando Wall Street se hundía irremediablemente ante los efectos económicos de la crisis sanitaria.

Pero con el beneficio de la retrospectiva, es muy interesante ver cómo a partir del 16 de marzo de 2020, el VIX comienza a descender rápidamente, a pesar de que los mercados seguían cayendo, hasta llegar a un mínimo justo cuando los principales índices de Wall Street caían a sus mínimos: el 23 de marzo. Y una vez que había llegado a ese punto, Wall Street comenzó a repuntar de manera pasmosa, y el VIX siguió su descenso imparable hasta llegar a 24.52 el 5 de junio, casi tres meses después.

Es decir, la volatilidad se ha reducido en 70 por ciento desde que alcanzó su máximo del año el 16 de marzo, y los mercados han repuntado prácticamente 50 por ciento desde entonces. Interesante, desde que alcanzó su mínimo el 5 de junio, el VIX ha repuntado 38 por ciento, mientras que Wall Street ha bajado cerca de 6 por ciento desde sus máximos del mes: el miércoles pasado, por ejemplo, cuando los mercados cayeron cerca de 2.5 por ciento, el VIX se disparó 7.9 por ciento, sugiriendo que los mercados podrían tener delante de sí una mala racha en los días por venir.

Pero esa mala racha dependerá de una cosa: si la Fed lo permite. De manera explícita, cuando el Dow amenaza con romper los 25 mil puntos, y/o el S&P 500 amenaza con caer por debajo de la cifra mágica de las 3 mil unidades, milagrosamente la Fed ha salido a hacer un anuncio en el sentido de que inyectará lo que sea necesario de liquidez para evitar que la economía y los mercados se disloquen más y restablecer la normalidad.

Invariablemente, la Fed es la fuerza que ha estado detrás del repunte de los mercados tan asombroso que hemos visto desde el 23 de marzo a la fecha, y que ha alcanzado a prácticamente a todas las clases de activos: acciones de compañías de primer nivel, y acciones de compañías que están al borde de la quiebra; bonos de empresas triple A, y bonos de empresas que están en la bancarrota; bonos y acciones de países emergentes; el petróleo y casi todas las materias primas; divisas de prácticamente todos los mercados emergentes, desde el peso mexicano a la lira turca; derivados y activos muy poco líquidos. Todo ha subido. 

¿Por qué? Porque la Fed, rompiendo toda ortodoxia, reescribiendo todo libro de texto, saltándose todas las precauciones posibles, se ha embarcado en una apuesta de un solo lado: comprar casi cualquier clase de activos e los inversionistas del mercado con tal de inyectar de manera directa e indirecta, toda la liquidez, infinita, en los mercados.

Los bancos comerciales han visto un disparo en sus depósitos como nunca antes en su historia, empresas quebradas están emitiendo deuda, y tienen una demanda sin precedente entre los inversionistas, no hay activo por malo que sea, que no sea demandado a niveles históricos por inversionistas que tienen detrás de si el fondeo de la Fed para comprar lo que se mueva.

La hoja de balance de la Fed, es decir, el monto de activos que ha adquirido se ha disparado de manera dramática, como queda evidente en la gráfica adjunta. Esto significa que la Fed se ha convertido en el mayor inversionista del mundo, en el mayor gestor de activos, en el mayor hedge fund del mercado. Y no le importa perder. Está comiéndose todo el peligro.

A DETALLE

La caída en el índice del miedo refleja una gran confianza de los inversionistas a las políticas impulsadas por la reserva federal. El mercado ha descontado la absorción absoluta del riesgo y ha asumido que el banco central más poderoso intervendrá ante cualquier atisbo de quiebra, por tanto, la demanda por activos de menor calidad incrementa. 

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Empero, la absorción de dicho riesgo ha representado un alto costo en su balance de activos. Dicho balance, ya abultado por la crisis del 2008, se ha visto nuevamente presionado esta vez por la relajación de su política expansiva, al tratar de garantizar que la liquidez llegue a todos los mercados ¿podrá la FED presionar aún más su balance?

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