Una de las desventajas que surgieron a partir de la popularidad de Instagram es el libre tráfico de las imagenes sin reconocimiento a su fuente original.
Para resolverlo, Creative Commons creó una licencia llamada I Am CC. Esta funciona de la siguiente manera: todo el mundo tendrá acceso y libre uso de las fotos, pero el crédito se va directo a tu cuenta. La licencia es similar a la de bancos de fotos comunales como Flickr, con la distinción de que no se puede elegir qué fotos se protegen y cuáles no; son todas o no ninguno.
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Al darle acceso a la licencia a tu cuenta de Instagram, firmarás por tres meses, lo cual significa que tus imágenes estarán disponibles para todo el mundo durante ese tiempo. Si cambias de opinión podrás cerrar I Am CC, pero el contenido protegido seguirá disponible bajo los mismos términos.
Para utilizarla debes elegir qué tipo de licencia atribuir, se creará un código html en la parte inferior que debes pegar en tu sitio web para que aparezca la protección de la licencia.
También funciona para cualquier sitio de fotografías.
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