El plagio como forma de tener contenido

Hace una semana, navegando en la red buscando alguna información que había publicado en las planas de este diario sobre Christopher Doyon, mejor conocido como Commander X, uno de los hacktivistas más importantes de Anonymous que estaba como asilado político en nuestro país y que el gobierno mexicano entregó ilegalmente a Estados Unidos, a pesar de tener sus documentos en orden, me encontré con una desagradable sorpresa.

Primero, que el Commander X se declarará culpable de un ciberataque de DDoS hecho en Estados Unidos hace más de una década en protesta por las agresiones que sufrieron “homeless” en California —cuestión que lo podría dejar en la cárcel por varios años– y que lo trajo a México huyendo por la persecución de la autoridad de ese país, encontrando refugio político durante la administración anterior.

Lo segundo y razón por la que escribo esta columna es que uno de los textos que publiqué en las páginas de este diario el pasado 17 de abril de 2020, una entrevista en exclusiva que tuve con el Commander X para contarme sobre su llegada a México como perseguido político por el gobierno de Estados Unidos, su travesía para llegar al país desde Canadá, donde se refugió en primera instancia, y cómo la Secretaría de Relaciones Exteriores, en ese entonces a cargo de Luis Videgaray, le abrió las puertas y le dio asilo, estaba replicado tal cual, sin firma, sin decir de dónde se tomó y, lo más descarado, es que hasta el arte usado era el mismo.

Quien cometió este plagio fue El Diario Independiente de Baja California Sur, que descaradamente robó mi texto y lo publicó en sus páginas de internet unos días después. Cuando comencé a evidenciarlos en internet y redes sociales, quitaron el texto de su sitio web sin ofrecer una disculpa. Lamentablemente, este tipo de prácticas son muy comunes en diversos sitios de internet de todo el mundo, quienes, ante la falta de contenido atractivo, roban el trabajo de los demás. Aun así, dieran crédito al autor o al sitio o diario de donde se tomó, lo cierto es que es un robo.

El acto de robo de contenido creado por otra persona y hacerlo pasar por propio se conoce como plagio. Reitero, no es nada nuevo, pero la creciente tendencia de adaptarse al plagio como una alternativa fácil a dedicar horas para crear contenido original es una amenaza para la creatividad de muchos trabajadores, ya sea en textos, música, infografías, arte, en todo.

El plagio intencional es cuando las personas usan directamente palabras exactas, oraciones, frases, imágenes, música y otras cosas similares de otro creador de contenido sin su consentimiento. Es una versión copiada del contenido original.

Tanto el plagio directo como accidental de contenido tiene sus consecuencias. Al igual que cualquier instancia de robo, el de contenido también es robo intelectual y también es un delito punible.

El plagio niega al autor o a los creadores de contenido el crédito y el reconocimiento que merecen. Incluso si una persona se ve influenciada por el trabajo y la creatividad de otra persona y toma prestadas ideas, debe ser debidamente apreciado y reconocido. Los creadores de contenido deben familiarizarse con lo que se debe y no se debe hacer al desarrollar su trabajo a publicar.

El plagio es una violación de los derechos del creador del contenido, y éstos últimos tienen el derecho de presentar cargos legales contra el infractor con la prueba adecuada de propiedad. En tales casos, el delincuente, porque en el mío es El Diario Independiente de Baja California Sur, puede enfrentar una pérdida monetaria. Los infractores luego tienen que hacer frente a una multa en caso de que se les acuse de infracción de derechos de autor.

• Y aunque yo no procederé legalmente contra este diario que robó información publicada en Excélsior, lo cierto es que esta práctica no debe continuar en ningún lado, y menos en las redes sociales o motores de búsqueda, quienes usan la información de los diversos medios de comunicación para nutrir sus sitios de noticias, diciendo que ponen el link para llevar a la gente a las páginas originales, aunque un gran porcentaje de sus usuarios nunca lo haga.