El riesgo de superpeso

El peso sigue ganando terreno frente al dólar. La fortaleza de la moneda es positiva desde la óptica de los precios, dado que, tanto en la balanza comercial como en la balanza de pagos, México tiene déficit, y ello permite mitigar los precios de muchos insumos. Por ejemplo, el precio del maíz amarillo, que es un insumo clave en el precio de la proteína animal, es compensado por el peso fuerte, al igual que el forraje, los combustibles, los productos electrónicos, los bienes intermedios, etcétera. Hoy se reporta que la inflación general tuvo una variación de 0.29%, menor a la estimada en la Encuesta Citibanamex, y la inflación subyacente siguió descendiendo, ubicándose a tasa anual en 4.55 por ciento. De tener un peso más débil, no estaríamos viendo esta trayectoria de la inflación, al menos no a la misma velocidad. Obviamente, el peso fuerte le resta competitividad a las exportaciones, aunque las ventajas comparativas de México superan el encarecimiento de la moneda. Además, la integración de las cadenas de valor ayuda a mitigar el efecto del tipo de cambio, como lo demuestra el dato de las exportaciones de vehículos del primer trimestre del año, que crecieron hacia Estados Unidos un 16% en comparación anual.

RIESGOS

Una excesiva fortaleza cambiaria no está exenta de riesgos. El primero y más importante es que se dé un ajuste súbito, lo cual generaría incertidumbre en los precios. Esto se puede atajar mediante mecanismos como las coberturas que podría generar el Banco de México, como ocurrió durante la pandemia, aunque el efecto psicológico sería significativo. Otro riesgo, aunque no tan importante, es que, de continuar la apreciación del peso, se den efectos negativos en materia de competitividad de las exportaciones, que el sector turístico internacional sea menos atractivo y, por último, que se debilite el gasto de las 10 millones de familias que reciben remesas.

EL T-MEC

¿Qué sostiene la posición de México con respecto a EU más allá de la geografía? En primer lugar, la certeza del T-MEC. Aunque hay un panel de resolución de controversias en materia de maíz transgénico y consultas en materia energética, no parece que sea un factor significativo de incertidumbre. Aun cuando Donald Trump vuelva a ocupar la Casa Blanca, desde el punto de vista puramente comercial, difícilmente podría vulnerar el T-MEC y, al mismo tiempo, mantener la rivalidad económica con China.

LA POLÍTICA

El otro componente fundamental en la estabilidad de la posición de México con respecto a EU son los liderazgos políticos. La voluntad política es fundamental en dos aspectos esenciales para la Casa Blanca: la seguridad en la frontera y el control del tráfico de fentanilo. La química entre los presidentes de las dos naciones también es importante, y ello, en parte, ayuda a mitigar fuentes de fricción cotidiana, como los procesos que realiza EU de manera unilateral con respecto al mundo y a México, tales como el otorgamiento de la categoría de seguridad en el sector aéreo, las reglas y normas en materia de lavado de dinero o la certificación de origen de aguacates, por mencionar algunos.

LO RELEVANTE

Más que preocuparnos por el peso fuerte, hay que centrarnos en otras fuentes de incertidumbre que eclipsan la competitividad de México, como la seguridad, el Estado de derecho, la falta de energía, el estrés hídrico y, en el mediano plazo, la educación.