La trampa del populismo financiero

El populismo como gobierno, por más que prometa disciplina y prudencia financiera, siempre acaba por causar daños severos en la economía. Ante la falta de recursos, la solución siempre es de corto plazo, mágica y sujeta a la voluntad del líder.

Este año, el último del sexenio, será aquel en el que se dio el mayor desfalco a los fondos de los trabajadores para cubrir esa irresponsabilidad presupuestal.

Ayer, en la Cámara de Diputados se dio el albazo con la aprobación de un Fondo de Pensiones para el Bienestar. Con la mano en la cintura, el gobierno de López Obrador quiere disponer de los ahorros de los trabajadores para financiar su irresponsabilidad fiscal. Quiere usar dinero de cuentas inactivas, “remanentes” de empresas públicas que no generan utilidades (ni las generarán) y otras fantasías presupuestales.

Esto ha desencadenado preocupaciones significativas entre expertos financieros y analistas del sector. A pesar de las promesas de complementar las pensiones otorgadas por instituciones de seguridad social como el IMSS e ISSSTE, la falta de transparencia y la ausencia de una fuente de financiamiento segura han generado incertidumbre sobre la viabilidad y efectividad de este fondo.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) y el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) han advertido sobre los riesgos asociados con el Fondo de Pensiones para el Bienestar. Señalan que el uso de cuentas inactivas de afores como fuente de financiamiento no sólo carece de garantías suficientes, sino que también podría obstaculizar el acceso de los trabajadores y beneficiarios a los recursos de sus pensiones.

Lo cierto es que la iniciativa del gobierno para financiar el fondo a través de cuentas individuales no reclamadas no proporciona una base financiera sólida. Esto plantea serias dudas sobre la capacidad del fondo para proporcionar pensiones adecuadas y sostenibles a largo plazo. Además de ello, el gobierno promete otra fantasía al darle el 100% del último salario a los trabajadores. Esto, aquí y en cualquier otro país, es y ha sido una irresponsabilidad si se hace realidad.

Además, hay preocupaciones adicionales sobre la complejidad y las posibles complicaciones administrativas que podrían surgir al intentar recuperar los recursos transferidos al fondo. La falta de un mecanismo claro y eficiente para la devolución de los fondos podría desmotivar a los trabajadores a reclamar lo que legítimamente les corresponde.

A pesar de estas advertencias y críticas fundamentadas, diputados de Morena, del PT y del PVEM aprobaron ayer en la Comisión de Seguridad el dictamen para nutrir el fondo con dinero de cuentas inactivas de las afores. Esta decisión parece ignorar las consecuencias potencialmente perjudiciales para los trabajadores y sus pensiones futuras, y refleja una tendencia preocupante hacia políticas populistas y cortoplacistas.

En un momento en que la estabilidad financiera debería ser una prioridad, estas acciones impulsadas por el populismo financiero plantean serios riesgos para el bienestar económico de México. Es esencial que se reconsideren estas políticas y se busquen soluciones que verdaderamente protejan los intereses de los trabajadores y aseguren su seguridad financiera en el futuro.