Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

7 Ene, 2013

Xenofobia china: ¡qué grave!

Llama la atención un proyecto comercial cuyo nombre pone los pelos de punta a buena parte de la clase empresarial mexicana, el Dragon Mart, pues al menos la Concanaco de Jorge Dávila Flores y la Concamin de Francisco Funtanet han unido esfuerzos en contra del proyecto que encabeza Juan Carlos López, con la convicción de que la exhibición permanente de productos chinos “arrasará” con los productos mexicanos por sus antecedentes de competidores desleales.

El proyecto, que supone una inversión de 180 a 200 millones de dólares, se pretende instalar en Puerto Morelos, cerca del aeropuerto, porque se supone un espacio de exhibición permanente de productos chinos, de manera que en el hemisferio occidental los buscadores de productos chinos no se trasladen a China a comprarlos, sino que puedan negociarlos en el Dragon Mart. Ni se harían aquí ni se venderían sólo para México. Y los mayores compradores de productos chinos son los brasileños y argentinos, además de estadunidenses.

El problema de esta plataforma comercial logística —que se lanzó en marzo de 2011 y está apoyada por la Cámara de Comercio China-México, que preside Héctor Cuéllar— es que su construcción y desarrollo se ha rodeado de desinformación y, por ende, se han construido mitos y difundido verdades a medias que pueden convertirse en la primera gran prueba al gobierno del presidente Peña Nieto.

La argumentación de quienes se oponen al proyecto es la misma que esgrimían los detractores del TLCAN tanto aquí como en Norteamérica, porque alrededor del Dragon Mart se mezclan cuestiones aparentemente ambientales con temores económicos o de desplazamiento comercial que alcanzan tonos xenofóbicos.

Nadie está a favor de lo ilegal, pero a ver, ¿qué no donde se ubica un Walmart o un Chedraui aumenta ipso facto la oferta de productos chinos, entre otros?, ¿qué no se habla de diversificar nuestra economía y la zona del futuro es Asia y no Estados Unidos o Europa?

El cambio de mentalidad que pide el presidente Peña Nieto es ése. Argumentos, no mitos. Por cierto, los días 7 y 8 de enero de 2013 se celebrará en la sede de la cancillería la XXIV Reunión de Embajadores y Cónsules (REC), que contará con la participación de más de 130 titulares de representaciones de México en el exterior que han sido convocados por el canciller José Antonio Meade, justamente permitirá definir con claridad ante el cuerpo diplomático y comercial, que de lo que se trata es mostrar que México es un actor de responsabilidad global que tiene una agenda incluyente y de cooperación efectiva con las 193 naciones, incluyendo China, y que como país tenemos mucho más para negociar, intercambiar y aprovechar que el dejarnos mover por quienes probablemente sean desplazados de la intermediación de productos chinos.

Tal vez es el momento de que el Comce, de Valentín Diez Morodo, junto con la Concanaco y la Concamin planteen el que habrá un “Aztec Mart” en Shanghái para equilibrar la balanza en materia de logística comercial. Eso sería un golpe de timón, porque ¿a quién le preocupa —por ejemplo— que se importen tecnologías chinas para la instalación de los trenes de pasajeros que se piensan construir con inversiones de entre dos mil y tres mil millones de dólares cada uno?

El tema dará mucho de qué hablar. Ojalá se hable con argumentos y no con miedos o fobias. Por lo pronto, yo dudo que Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, que identifica muy bien quién y cómo se promueven los puntos de acuerdo en el Legislativo cuando traen cabildeo económico intenso, se deja llevar por un clamor en contra de lo chino, porque es chino.

Considere: Guajardo tiene un mes al frente y ha reforzado el compromiso del gobierno de Peña con el libre comercio y si bien con China no tenemos uno, no puede olvidar que es la segunda economía del mundo.

De hecho, en la REC, que se efectúa hoy y mañana en la cancillería, un tema resultará relevante para el asunto del Dragon Mart, pues se espera que el propio presidente Peña ratifique con puntualidad los pilares de política exterior que seguirá su administración y defina con claridad qué es lo que puede esperar México de las diferentes regiones del mundo para hacer prevalecer los intereses mexicanos aprovechando las oportunidades presentes tanto en países, regiones o foros internacionales y cómo la política doméstica (por ejemplo, la comercial o de producción) tendrá un impacto o referente internacional. Este es un tema crucial, porque lo que produce México puede y debe ser exportado a China y lo que produce China puede ser comprado en México o desde México al mundo, siempre y cuando se cumpla con la ley.

Si las empresas chinas no lo hacen serán las primeras en ser sancionadas, pero lo que no podemos permitirnos es el rechazo al Dragon Mart por ser chino.

De Fondos a Fondo

A propósito de la promulgación de la ley agraria de 1915 y la instalación de la nueva Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, a cargo de Jorge Carlos Ramírez Marín, se hubiera esperado que el presidente Peña pusiera sobre la mesa la reforma al Artículo 27 constitucional en materia ejidal, porque los objetivos de su gobierno para lograr un campo justo, productivo, rentable y sustentable no se lograrán sin certeza jurídica para la tierra rural y urbana.

Y, bueno, lo que le dije es clave. Las reglas para el reparto del Procampo y el mantenimiento del programa de Agricultura por Contrato a cargo de la Sagarpa, que encabeza Enrique Martínez y Martínez, fueron la mejor noticia para la celebración agraria de inicio de sexenio, ¿qué no? ¿O acaso fueron los 313 mil millones de pesos del programa concurrente para el campo..? ¡Igual los dos!