El verdadero auto del futuro

Lejos de ser una unidad voladora o llena de gadgets, los fabricantes ven a corto plazo un modelo autónomo, sin tanto peso, eléctrico y amigable con el ambiente
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El verdadero auto del futuro

Autónomo, delgado y amigable con el medio ambiente es como la industria automotriz percibe al automóvil del futuro.

Más allá de las ideas de un vehículo volador o que esté lleno de gadgets y amenidades, la realidad indica que tendrá que responder a las necesidades, cada vez mejor detectadas, de la cantidad de ciudadanos que seremos en los siguientes años.

El reto energético

Con el precio de la gasolina en las nubes, y el eterno dilema de moverse con lo que contamine menos, la industria automotriz ha hecho de la eficiencia su estandarte  de batalla en una guerra contra el rendimiento de los vehículos.

Los principales actores en México coinciden en una cosa: el auto del futuro será eléctrico, o al menos, no caminará con gasolina.

Sin embargo, la poca oferta en México, así como retos de infraestructura, hacen que un vehículo eléctrico de venta masiva sea más un anhelo que una visión futurista.

De acuerdo con el Instituto de Asistencia en Investigaciones Ecológicas (INAINE), los vehículos eléctricos serían una realidad en México hasta 2040, con un mercado maduro que haya superado sus propias pruebas en la era de la gasolina.

En cuanto a la infraestructura necesaria, un interesado en comprar un auto eléctrico tendría que acudir a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para hacer un nuevo contrato que le permitiera tener una conexión de 220 voltios (110 es la doméstica), que además tiene un costo mayor al estar dentro de una tarifa comercial que ya no está beneficiada por el subsidio gubernamental.

Pero ya existen en el mundo vehículos de este tipo circulando como el popular Nissan Leaf, que saldrá a la venta en nuestro país a finales de este año, a los que se suman otros como el Chevrolet Volt, una versión del MINI de BMW; entre otros.

El principal reto que tienen es la autonomía de las unidades, que les da suficiente carga para recorrer entre 100 y 120 kilómetros.

Eficiencia

La era de los automóviles pesados ya quedó en el olvido, superado por nuevas tecnologías que permiten a la industria alcanzar los niveles de eficiencia requeridos tanto por autoridades, como por la rápida competitividad que enfrentan en el mercado global.

En promedio, y de acuerdo con las propias armadoras, los vehículos han adelgazado alrededor de diez por ciento de su masa en los últimos diez años, como consecuencia de la mejora en materiales, y de diseño.

“La industria automotriz tenía un principio básico: todo nuevo modelo tenía que ser más pesado que el anterior”, reconoce Audi en un documento sobre el tema, una forma de hacer unidades que ya desapareció.

Por ejemplo, en el caso del Focus de Ford, tiene un peso de entre mil 100 a mil 400 kilogramos, y hace ocho o diez años esa misma masa era de hasta casi mil 600 kilogramos. Sin embargo, se pronostica que en un futuro sean más agresivas.

Miguel Ángel Corro, director del  Departamento de Economía  y Finanzas del Tecnológico de Monterrey, explica que el “adelgazamiento” de los vehículos es una tendencia que casi siempre ha estado en la dinámica de las armadoras, principalmente de las asiáticas y europeas.

Explicó que además de generar eficiencia en el consumo de los combustibles, un vehículo más delgado es más fácil de ensamblar, lo que le otorga una ventaja competitiva a las marcas y les ayuda  reducir costos, sobre todo en el consumo de energía.

Funcionalidad a salvo

David Rojas, director de ingeniería de General Motors de México, asegura que ante todo se debe salvaguardar la funcionalidad y la seguridad de los ocupantes.

“La expectativa no varía. Un cliente nunca va a justificar por qué funciona menos o no. Los autos deben cumplir en forma equiparable una con la otra”, señaló.

Aseguró que la carrocería es el principal componente del vehículo que tiene mayores oportunidades de ser “adelgazado”, aunque también es el chasis y el tren motriz.

“Adelgazar los coches nos lleva a ser creativos… hay que validar los materiales que se utilicen con pruebas”, añadió.

Autónomos, los de mayor ahorro

Eliminar el error humano al momento de conducir un vehículo representa una de las grandes oportunidades que tiene la industria automotriz.

Los vehículos que se conducen solos ya existen en el mundo. Los primeros proyectos piloto se están echando a andar en Michigan y Nevada, en Estados Unidos, donde algunas firmas ya han calculado el impacto que estos vehículos driverless traerían a la economía y a la sociedad.

Un estudio de la firma PwC señala que al menos en aquel país, los driverless cars bajarían los accidentes viales de 10.8 millones, que se registran anualmente, a 1.1 millones.

Debido a los sistemas de frenado de unidades autónomas, y otras herramientas inteligentes de conducción como velocidad constante y respeto a señalamientos, PwC estima que el combustible “perdido” bajaría de 1.9 mil millones de galones de gasolina al año, a sólo 190 millones.

Norma pendiente

En México no existe una norma que regule el peso de los vehículos ligeros (automóviles). Sin embargo, en camino a alcanzar los estándares de eficiencia en el consumo de combustible, las armadoras han aplicado tecnología que ayude a adelgazarlos.

De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se llevará a cabo en el transcurso de este año una consulta pública para elaborar una norma en la que todo el sector automotriz esté de acuerdo, luego del fallido intento del gobierno pasado de imponer una, que de acuerdo con las armadoras, aumentaría hasta 30 por ciento el precio de las unidades, inhibiendo su mercado.

Se espera se discuta en el tercer trimestre del año.

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