Subsidios generalizados

Cuando el Presidente de la República presentó el paquete económico aseguró que no se aplicaría IVA en alimentos y medicinas como un acto de justicia social y para proteger a las familias de menores ingresos.

Diversos funcionarios de la Secretaría de Hacienda han argumentado que en esta coyuntura de desaceleración económica no hubiera sido prudente aplicar este impuesto. El propio secretario de Hacienda, Luis Videgaray, reforzó diciendo que no contemplan la aplicación de este impuesto durante el resto de su administración.

Ojo, eso no significa un compromiso de no hacerlo, pues pueden variar las circunstancias y el equipo hacendario ya demostró este tipo de flexibilidad: el año pasado defendieron el déficit cero con el argumento que en ese momento era la decisión correcta y ahora defienden el déficit, que califican como temporal, reconociendo el entorno nacional e internacional.

Los opinadores políticos han llenado columnas y columnas y espacios de opinión en los medios electrónicos argumentando lo que creen es una genialidad. Quitarle banderas al PRD y en particular a Andrés Manuel López Obrador, no olvide que el líder de Morena ya había convocado a marchas para oponerse a una reforma que, sorprendentemente para él, tiene dos puntos que ofreció en sus dos fracasos presidenciales: cobrar impuestos a las ganancias en bolsa y no aplicar IVA en alimentos y medicinas.

De hecho, los mezquinos voceros del PRD se apresuraron tanto para tratar de colgarse la medalla de que ellos habían convencido al gobierno de no cobrar IVA en alimentos y medicinas, como asegurar que no aprobarían esta iniciativa fiscal a cambio de ninguna otra reforma.

Quizá, pero eso es irrelevante en el fondo, desde el punto de vista estrictamente político se trata de una buena jugada al cargarse un tanto hacia el centro-izquierda como ha sido la tradición del PRI y lograr que pase algo que insisten en llamar reforma cuando parece más una miscelánea (sin embargo, es absurdo discutir de semántica). No debe olvidarse que el partido que encabeza César Camacho siempre se ha opuesto al IVA en alimentos y medicinas, en sus asambleas llegaron a prohibirlo estatutariamente.

Sin embargo, desde el punto de vista estrictamente económico se trata de una aberración.

Contribuciones como el ISR o eliminar la consolidación fiscal tienden a contraer a la economía, es decir, intensificará el ciclo económico en el que se encuentra el país.

De hecho, el viernes pasado la Junta de Gobierno de Banco de México decidió disminuir un cuarto de punto la tasa de referencia considerando que el problema no está en la inflación, sino en la caída de la economía que sigue mostrando indicadores cada vez más graves.

Los impuestos al consumo son más difíciles de evadir, incluso quienes se encuentran en la economía informal o ilegal en algún momento consumen. Es mucho más progresivo cobrar impuestos al consumo, toda vez que quien tiene más dinero consume más.

Sin embargo, en la visión del gabinete de Peña Nieto pesa mucho más que la mitad de la población gasta 50% de su ingreso en alimentos y medicinas que las consideraciones económicas correctas.

Sin embargo, el no cobrar IVA en alimentos y medicinas puede verse como un subsidio generalizado en el cual le tocan dos mil pesos mensuales a las familias de menores ingresos y los que más ganan, esos que en la propuesta hacendaria deberán pagar ISR de 32%, reciben un subsidio de 18 mil pesos mensuales.

En la SHCP se dice que las buenas ideas no importa de dónde procedan cuando se habla sobre la paternidad de no cambiar la tasa actual de IVA en alimentos y medicinas; sin embargo, también se tiene que reconocer cuando se adoptan malas ideas por cuestiones políticas.

Sería mucho más eficiente, justo y progresivo cobrar IVA en alimentos y medicinas porque lo pagarían los más ricos. Esta mayor recaudación podría usarse para hacer transferencias directas a los que menos tienen a través de una ampliación de la cobertura de seguridad social. Seamos claros, en lugar de cargar cambios fiscales por la vía del ingreso es mucho mejor hacerlo por la vía del gasto.

Solo

Ricardo del Valle es un hombre que en cada momento se queda más y más solo.

Ahora trata de vender como un argumento “que no ve claro” cómo afecta a las finanzas de Aeroméxico contratar a sobrecargos con un salario 60% superior al que percibirán los nuevos contratados.

Con este tipo de afirmaciones el líder sindical sólo demuestra lo que muchos habíamos señalado. Tiene muy baja capacidad de comprensión de la realidad y ese es su problema, bueno también de quienes lo mantienen como líder sindical.

Si no sabe que si una persona compra una manzana que vale diez pesos y consigue a otra que vale seis pesos se ahorra cuatro pesos, pues de eso tienen la culpa quienes le dieron clases en la primaria y lo aprobaron o sus papás que no fueron cuidadosos con su educación.

Este hombre debería reconocer sus límites y si no puede entender que diez es más que cuatro, pues entonces que se deje asesorar ya sea por todos los peritos que le dieron la razón a la administración de Aeroméxico en esta disputa, así como al compromiso que firmó con el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, y dejar de exhibirse de una manera tan ridícula con afirmaciones como que solicitarán un amparo o que impedirán a los aspirantes a sobrecargos entrar a las instalaciones.

Lo que deberían comprender el líder sindical y todos aquellos quienes aun creen en él que no pueden seguir en el absurdo de pelearse contra la única fuente de trabajo. Puede entenderse que en un arranque de mezquindad haya sobrecargos de lo que algún día fue Mexicana de Aviación que quieren que los de Aeroméxico también pierdan su fuente de trabajo; lo que no puede comprenderse es que haya sobrecargos de Aeroméxico que sigan dispuestos a dañar la fuente de trabajo.

Si por la razón que fuera Aeroméxico tuviera el mismo destino que Mexicana de Aviación, los pocos que podrían contratarse sería con salarios infinitamente menores a los que hoy perciben y que, la administración de Andrés Conesa, no tiene ganas de quitar a quienes hoy están en su planta de trabajadores.