Banorte mantiene meta de crecimiento

CIUDAD DE MÉXICO, 7 de octubre.- Si bien las pronósticos de crecimiento para la economía mexicana “pasaron de la euforia al desencanto” a lo largo del año, Banorte todavía tiene una proyección optimista, puesto que aun considerando el impacto de los desastres naturales prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) entre 1.4 y 1.5 por ciento, afirmó Gabriel Casillas.

El economista en jefe de Grupo Financiero Banorte-IXE explicó en entrevista con Excélsior que la previsión oficial del banco es un crecimiento del PIB de 1.7 por ciento, aunque todavía no hacen los ajustes por el impacto de los desastres naturales, los cuales pudieran generar una afectación en la actividad económica de -0.43 puntos del PIB, —monto mucho menor que el efecto ocasionado por la gripe aviar H1N1—, pero el gasto en la reconstrucción tendrá un impulso de 0.2 puntos del PIB, por lo que en el neto la pérdida en el PIB sería de 0.23 puntos. 

El especialista comentó que “hay varios factores que han impactado negativamente las proyecciones de crecimiento del PIB para este año, como la decisión del INEGI, que al cambiar el año base a 2008 para su metodología nueva de cálculo, cometió el error de no tomar en cuenta una de las recomendaciones de las Naciones Unidas, de que el año que se escoja sea estabilidad macroeconómica, y escogió un año de recesión y esto, aunque sea de manera contable le quitó al Producto Interno Bruto  0.5 puntos”.

Inversión

A pesar de la desaceleración, dijo que México se mantiene en el atractivo de los inversionistas, que observan con gran interés la negociación de las reformas para traer más inversiones al país. Estimó que este año llegarán 41 mil millones de dólares (mdd) de IED y el próximo año el país retomará su ritmo normal con 21 mil millones de dólares.

Sobre el tema de los cambios estructurales, comentó que las cuatro reformas que más impacto tienen sobre el PIB en el corto y mediano plazos: la energética, laboral, fiscal y la financiera, y podrían dar un crecimiento adicional de 2.5 puntos del PIB en los próximos diez años.

No es algo menor, ya que si esto se suma al crecimiento potencial del país, podríamos tener un crecimiento de 5.5 por ciento en cinco años.

Expuso que México sufrió dos choques que eran esperados, que afectaron el crecimiento de la economía: uno es la desaceleración de la manufactura en Estados Unidos, que comenzó desde la segunda mitad del año pasado, debido al tema fiscal, asunto que hoy regresa, pero más que el tema del techo de endeudamiento que está causando problemas a los mercados, el inconveniente que les causó a las empresas es que no sabían si iban a aumentar impuestos o bajar el gasto y entonces la incertidumbre los hizo posponer proyectos. Esto le quitó 0.3 puntos al PIB.

Los choques no esperados son el golpe que se ha dado a las constructoras de vivienda de interés social, lo que puede quitarle 0.3 puntos al Producto Interno Bruto, un poco más que los recientes huracanes Ingrid y Manuel.

Lo positivo

Respecto a la reforma fiscal, Gabriel Casillas afirmó que quita muchísimos regímenes especiales y tratamientos preferenciales. Toda esta parte va a ayudar muchísimo a la eficiencia recaudatoria.

“Otra cosa muy buena es que quita el impuesto a los depósitos de efectivo, que aunque mucha gente lo veía bien, ya que cobraba impuestos a mucha gente que no pagaba, nosotros lo considerábamos una barrera a la bancarización”, dijo.

Lo malo

Al no imponer el IVA en alimentos y medicamentos no se está elevando la base de contribuyentes. Y desgraciadamente con eso se le carga una vez más la mano a los cautivos.

“No gustó el 32 por ciento al ISR de personas físicas, no tanto porque algunos vayan a pagar un poco más, sino que se debieron hacer un poco más suaves los escalones, puede ser 31 por ciento, 23 por ciento e incluso llegar a 40%, para personas que ganan más de cuatro millones al año”.

Lo feo

No eleva la base de contribuyentes y se queda muy corta, conforme a las expectativas.

Otra cosa que no creemos que sea la mejor política de la reforma es incurrir en mayor déficit, cuando el Presidente había dicho hace algunos meses que uno de los trece pilares de su administración iba a ser déficit cero y tener finanzas públicas totalmente sanas. Y ahora se tendrá el próximo año el déficit más grande que se ha tenido desde los ochenta. Porque si se suma la inversión de Pemex, el déficit se iría a 3.5 puntos del PIB.