El auge del gas de esquisto tardará en llegar a México

La promesa de una bonanza económica gracias a la extracción de shale gas, del que podría haber grandes cantidades en el subsuelo mexicano, se está topando con retos tecnológicos y el miedo de los habitantes a los sismos que se asocian con el método de extracción
Economía -
La explotación del gas de esquisto en México afronta retos como falta de agua, de infraestructura adecuada y el temor a las consecuencias del fracking.  Foto: AFP
La explotación del gas de esquisto en México afronta retos como falta de agua, de infraestructura adecuada y el temor a las consecuencias del fracking. Foto: AFP

CIUDAD DE MÉXICO.-El rostro de Avelardo Garza García muestra una sonrisa cuando recuerda el momento, hace unos meses, en que el pozo exploratorio detrás de su casa produjo una llama rugiente, indicando que el rancho ganadero de su familia se ubicaba sobre una reserva de gas de esquisto.

“Escuché un resoplido fuerte”, dice, “y la llama salió disparada a cuatro metros y medio de altura”.

Telefoneó a sus 14 hermanos y hermanas para contarles la buena noticia.

“Pensé: mucho dinero”, dice, palmeándose los bolsillos.

Si viviera unas cuantas horas hacia el norte, en Texas, ciertamente estaría sentado sobre una mina de oro. Sin embargo, las cosas nunca han sido tan fáciles en México.

Malas señales desde la tierra

En las semanas posteriores, el área en torno a su casa sufrió una inusual serie de temblores.
En los poblados cercanos los residentes muestran grietas en sus paredes y dicen que nunca han sentido nada igual.

Sergio Gómez, alcalde del municipio de Los Ramones, dice que los temblores
han sacudido la confianza de la gente en la
fracturación hidráulica o fracking, aun cuando no hay pruebas científicas de que los dos estén relacionados.

Humor muy mexicano

Sólo dos pozos de esquisto han sido perforados en Los Ramones, y menos de 25 en todo México, comparado con miles en el cercano sur de Texas, estado petrolero por excelencia, del vecino Estados Unidos, que apenas ha sufrido algún daño por temblores pese a la “revolución del esquisto”. No obstante, las bromas ya circulan.

“Los visitantes se mantenían alejados de aquí por los narcos”, dice una mujer: “ahora es por los petroleros”.

Una afluencia de petroleros es exactamente lo que el gobierno quiere, no un debate sobre los méritos del fracking. El 30 de abril, envió anteproyectos de ley al Congreso complementando una revisión constitucional de diciembre que, por primera vez en 75 años, permite a compañías privadas perforar en busca de hidrocarburos en México.

Las reformas pretenden impulsar la perforación petrolera en aguas profundas en el Golfo de México, donde el país está muy rezagado de Estados Unidos, e impulsar la naciente industria del esquisto en México.

Ombligo energético de norteamérica

El gobierno de Nuevo León, donde se ubica Los Ramones, dice que un auge del esquisto convertirían a Monterrey, su capital industrial, en un centro energético norteamericano.

Pemex, la compañía petrolera estatal, estima que México podría contener más petróleo
y gas de esquisto que los 55,000 millones de barriles de hidrocarburos convencionales que ha bombeado en su historia, parte de ello en una extensión de la formación Vado de Águila, que ha enriquecido al sur de Texas.

Las reformas energéticas son bienvenidas, aunque un gran retraso legislativo en el
Congreso significa que no está claro cuándo se aprobaran las leyes secundarias.

Sin embargo, México está lejos de convertirse en el próximo Texas.

Los derechos sobre la tierra son diferentes: incluso después de las reformas, el Estado mexicano poseerá los derechos de los hidrocarburos, mientras que en Estados Unidos son de propiedad privada.

Para las empresas energéticas, el sistema mexicano será tan atractivo como el estadunidense sólo si los impuestos y las regalías son bajas, dicen expertos en esquisto. Eso es improbable.

La mezcla de petróleo y gas de esquisto de cada lado de la frontera también podría ser diferente. Dados los bajos precios del gas natural en
Estados Unidos, actualmente vale la pena producir gas sólo si le acompaña petróleo de esquisto.
Se cree que el norte de México tiene principalmente gas “seco” únicamente.

La infraestructura, reto antiguo

México también carece de infraestructura.
Tiene pocos ductos para llevar gas desde la boca del pozo, por no mencionar la falta de caminos pavimentados o suministros de agua para el fracking.

En la región fronteriza que contiene mucho del esquisto, aunque no en Los Ramones, la violencia relacionada con el narcotráfico está tan desenfrenada que el ejército escolta a las cuadrillas de fracturación hacia y desde los sitios de perforación.

La única semejanza entre el sur de Texas y México, dice un hombre con experiencia en el esquisto, es la formación rocosa.

 

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