Si se presenta una baja, no deje de operar

Durante esta semana los mercados moderaron su ritmo de ascenso, en alguna medida por estar operando en las zonas de “retorno” varias veces en las semanas recientes. Además, en el caso de S&P 500, llegó al nivel de los dos mil puntos, que como sea no deja de ser una especie de “barrera mental”.

En el caso del IPC mexicano, quizá usted recuerde que el 5 de agosto pasado mencioné en estas páginas que quedaba espacio para que este indicador llegara a la zona de los 45,500 puntos (en aquel momento se encontraba mil  atrás del objetivo mencionado), cosa que hizo esta semana, habiendo pasado antes por los 44 mil puntos, antes de enfilarse al alza, nuevamente, lo que inevitablemente hace que uno sienta “frío” al ver que el mercado va en la dirección opuesta a la que uno pensaba, además de haberlo dicho —o escrito— públicamente. Pero estos son los gajes del oficio mío, que asumo con gusto.

La pregunta obligada —al menos para mí— es si las líneas de retorno mencionada suponen la presencia de oferta suficiente como para que veamos una trayectoria bajista de cierta consideración, en las semanas próximas. Y como siempre, a las respuestas de este tipo tiene que dárseles alguna dimensión.

En primer lugar las zonas de “retorno” a las que me he referido, si bien no son definidas de manera arbitraria, obedecen a una cuestión de observación, lo que permite que una línea trazada por mí pueda ser diferente a otra trazada por alguien más, lo que hace que las interpretaciones que se hagan del comportamiento de los precios basándose en ellas, no sean exactamente las mismas. Más aún, puede haber quien ni siquiera las use como elemento de análisis.

Yo sí lo hago, fue de las primeras cosas que aprendí y en el tiempo he comprobado su utilidad. Por lo mismo pienso que si pueden por lo menos detener el avance de los mercados, al menos temporalmente, lo que coincide con ese espacio de ausencia de información que he mencionado recientemente y que según recuerdo lo extendí hasta finales de octubre próximo, cuando aparezcan los reportes corporativos del tercer trimestre.

Así, suponiendo que a partir de lo anterior se generase una baja, lo que todos queremos saber es su profundidad, si bien yo agregaría a esto la forma de la baja, ya que esto facilita, al menos para mí, la mecánica de operación pues obviamente, uno no deja de operar. Para fines prácticos, me referiré a lo que eventualmente puede hacer el IPC.

En una primera aproximación pienso que una posible baja podría ser hacia la zona entre los 44,600 y los 44,850 puntos. Asimismo, creo que la forma no sería abrupta, sino paulatina, básicamente por cómo se dio el último tramo alcista, en el que aún se encuentra el IPC y que para fines de medición asumo que inició en los 43,546 puntos, el 31 de julio pasado. Me refiero a que la trayectoria alcista de algo más de 2,100 puntos —hasta ahora— no fue demasiado agresiva, ya que tuvo varios “descansos” y tardó casi un mes en desarrollarse, lo que sugiere que hay una razonable presencia de volumen (considerando el volumen del mercado mexicano) durante toda la trayectoria.

Otro elemento que me hace pensar en la posibilidad de una baja es la cercanía de los 46 mil puntos, que es la región del máximo histórico del IPC, que se alcanzó a finales de enero de 2013 y como sabemos supone la presencia de volumen que quizá ha esperado desde entonces, para salir y “no perder”, lo que es una fantasía, porque si perdió; al menos fue el costo financiero del valor de la posición retenida.

Como ve, amigo lector, prefiero plantear el escenario anterior que no hacerlo. Hasta ahora el IPC se ha comportado conforme a lo esperado —al menos por mí— y no dudo que pueda ir a alturas mayores a los 46 mil puntos (a los que prácticamente llegó), pero las condiciones técnicas que veo me llevan a compartir con usted lo que escribí. Ofrezco evaluar lo que ocurra con puntualidad, para confirmar o corregir mis apreciaciones. Ofrezco también hacer lo mismo con el S&P 500, en los próximos días. Considere por favor estos temas como una posibilidad para actuar y aprovechar al mercado y no sólo como una narrativa numérica y un tanto abstracta. Suerte.