Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

19 Ago, 2015

Retro

LAS VEGAS, Nevada.- Una fortuna parece estar gestándose en un pequeño local de la capital del juego. No se trata de algún luminoso casino del Strip, sino de un establecimiento en la avenida Tropicana, a cinco kilómetros del lujoso hotel Excalibur. Se llama A Gamer’s Paradise y no evoca precisamente el glamour que pretende su nombre.

      Llegué ahí el sábado 8 de agosto, atraído por una afición personal: recuperar los cartuchos originales del Atari 2600 que tuve en mi adolescencia. No se trata sólo de coleccionismo vintage: si bien existen versiones de varios títulos clásicos para jugar en internet o por medio de apps, prefiero maniobrar con un joystick que con un teclado o una pantalla táctil.

     Ubicado en una plaza comercial más bien desolada, A Gamer’s Paradise asemeja un viejo videoclub. Un empleado atiende detrás de un mostrador con vitrinas de cristal y en las paredes hay repisas que exhiben cajas de consolas antiguas (Sega Genesis, Nintendo, Play Station). Un muro divide la tienda en dos salones, uno de los cuales tiene mesas y sillas —lo que sugiere que ahí se imparten talleres o algún tipo de actividad recreativa— así como máquinas tragamonedas.

      La parte sustantiva está en la nave central, integrada por varias estanterías con centenares de CD y cartuchos usados, y un aparador que presenta una colección de teclados y dispositivos —Intellivision, Sigma Commodore, Colecovision— con sus respectivas placas informativas, un auténtico museo para el goce geek. Pero la joya de la corona es un arcade real con las versiones originales de Donkey Kong y Frogger, a la venta por sólo 750 dólares. Toda una tentación.

     Con todo y que el lugar está decorado con ilustraciones de personajes clásicos de videojuegos, el ambiente no es muy festivo. Los empleados atienden con desgano y difícilmente se les ve sonreír. Uno de ellos me indica fríamente en qué anaquel puedo encontrar lo que busco.

     Y ahí están: pilas y pilas de cartuchos usados del 2600 con sus etiquetas desgastadas, con un valor de entre 3 y 7 dólares cada uno y que aún funcionan pese a tener 30 años de antigüedad. La gran mayoría era basura en su momento y sigue siendo basura ahora, aunque hallé una que otra joya, sobre todo de las marcas Activision y Coleco, que nunca logré encontrar en mis incursiones adolescentes por los mercados de fayuca de Tepito y Pericoapa.

     No sabía en ese momento que aquel curioso bazar era parte de una tendencia que se abre paso poco a poco en Estados Unidos, en la que los videojuegos antiguos se ponen de moda, como ocurre entre los melómanos con las tornamesas y los discos de vinilo.

     Tres días después, CNN Money publicó una nota sobre el funcionamiento de ese mercado subterráneo poniendo como ejemplo la tienda Videogamesnewyork, abierta en 2006 y que muestra en un video una calidez y atención de la que mucho podría aprender A Gamer’s Paradise (otro ejemplo citado es la cadena texana Game Over Videogames, que muestra un muy amable diseño en su página web).

      De acuerdo con el reporte firmado por Kavitha Surana, esta nostalgia ­—acicateada por las subastas de eBay y videocanales de aficionados como RetroLiberty— está generando un mercado de 200 millones de dólares anuales. La cifra la aporta JJ Hendricks, gamer célebre porque hace seis años pagó 17 mil 500 dólares por un cartucho de oro de Nintendo World Championship (según informó el portal Kotaku), y quien administra Video Games Price Charting, página de internet que reporta la cotización diaria de 26 mil juegos, consolas y accesorios.

     Un ejemplo de cuán lucrativo se está volviendo este mercado es Red Sea Crossing, una rareza desarrollada por el diseñador independiente Steve Stack en 1983, inspirada en la historia bíblica de Moisés, nunca comercializada en tiendas y de la que se cree que sólo hay dos piezas. Conocido como El Santo Grial del Atari 2600, este cartucho se vendió hace tres años en el sitio GameGavel.com por 10 mil dólares. Price Charting lo cotizó al día de ayer en 13 mil 877 dólares.

      La Ciudad de México vive también esta fiebre con tiendas como Retromex en el Centro Histórico, y Games + Gadgets, en Avenida Universidad. Estos locales compiten contra MercadoLibre, que ofrece títulos venerados, como River Raid, en su empaque original y sin abrir, por sólo mil pesos. Si suma suficientes puntos no sólo entre los coleccionistas, es posible que este modelo de negocios pase pronto al siguiente nivel.

                *marco.gonsen@gimm.com.mx

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