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El siguiente texto contiene algunos detalles menores de la película Star Wars: El despertar de la Fuerza, si quieres evitarlos, guarda esta nota para después de verla.
CIUDAD DE MÉXICO.- La nueva película de Star Wars levanta varias preguntas, no sólo de trama, sino también económicas. La que más saltó a mi vista es ¿cómo el Primer Orden, la parte superviviente del Imperio Galáctico, logra construir la Starkiller Base, un arma que es alrededor de cinco veces más grande que la Estrella de la Muerte?
Además, la película sugiere una Nueva República que parece no estar en crisis económica según una escena en la que se muestra a Chandrila, nueva capital galáctica.
Hace unas semanas Zachary Feinstein publicó una investigación en la que estima que tras la destrucción de la segunda Estrella de la Muerte la galaxia se hubiera sumido en una crisis por el impago de bonos con los que el Imperio financió la construcción de las dos Estrellas.
La teoría de Feinstein implica que el gobierno pedía prestado dinero a los bancos de la galaxia para construir sus armas, pagando un 0% de interés debido al control autoritario, pero que hubiera puesto presión sobre el sistema financiero en caso de su caída. La misma teoría supone que esto fue premeditado por el Emperador Palpatine.
Para Michael Kotrous, de la Universidad de Creighton, esto no tiene sentido porque una Alianza Rebelde no se forma mediante el seguimiento de decisiones económicas de este tipo. Según él el Imperio Galáctico debió de haber financiado su operación militar mediante impuestos excesivamente altos y trabajos forzados.
Si el Imperio se vio inspirado por la Alemania Nazi, como ha comentado George Lucas y me recordó anoche Luis Monroy Gómez Franco, colaborador del sitio, también se puede suponer que el financiamiento vino de la monetización de la deuda y expropiaciones en sectores clave.
¿Qué quiere decir esto? Que el Imperio Galáctico tenía el control sobre el dinero circulante en la economía, el cual imprimía sin control en un intento por financiar sus proyectos, lo que hubiera llevado a una hiperinflación en la galaxia. Esto junto con los impuestos altos, las expropiaciones y los trabajos forzados sin duda hubieran causado el surgimiento de una Alianza Rebelde.
Con esto en mente, ¿por qué la galaxia no colapsó junto con el Imperio? Hay que recordar que una parte de la Alianza Rebelde, como muestra la historia de Leia Organa, tenía el apoyo de ciertos funcionarios del gobierno, principalmente diplomáticos y gobiernos locales.
Tras la caída del Imperio, como narra la novela Aftermath de Chuck Wending, considerada oficial en la historia tras la última película, sobrevivientes del Imperio intentaron llevar al poder a otros altos funcionarios, pero fallaron, lo que obligó a estos simpatizantes a huir hacia rincones en el exterior de la galaxia.
Con el apoyo de una parte del sector gubernamental y la huida de los simpatizantes del Imperio podemos suponer que la Nueva República se formó de manera casi inmediata y relativamente ordenada, lo que permitió instrumentar políticas económicas que corrigieran los excesos del Imperio y 30 años después tener una economía aparentemente normal.
Si el Primer Orden es el remanente del Imperio Galáctico, marginado de la economía de la Nueva República, ¿cómo obtuvo los recursos para construir su base destructora?
Con los recursos que pudieron haber salvado del Imperio, el Primer Orden debió de haber establecido un gobierno y una economía paralela en las regiones lejanas de la galaxia donde la Nueva República no tiene influencia, como en el planeta Jakku, donde empieza la acción de la nueva película.
La película también sugiere que los trabajos forzados son un modus operandi habitual del Primer Orden. El nuevo héroe de la franquicia, Finn, es un stormtrooper que se revela y cuenta que de pequeño fue secuestrado de su familia y obligado a trabajar para ellos; y uno de los generales también menciona que estos soldados son “programados” para obedecer al Orden.
Además, este reinado de terror podría haber revivido las prácticas de expropiación de sectores clave y el establecimiento de una moneda de facto que les permitiera monetizar su deuda. Si esta práctica nuevamente llevó a una alta inflación, tiene sentido que la heroína de la película Rey sobreviva mediante el trueque de pedazos de chatarra por comida ante el poco valor de la moneda.
Además, es posible que a quien le cambia esa chatarra sea un proveedor de materias primas y tecnología para que el Primer Orden construya sus nuevas armas. Con la cantidad de naves caídas en la guerra de hace 30 años, sólo necesitarían plantas de fundición y se ahorrarían la extracción de metales.
Dado que la película dirigida por J. J. Abrams se centra menos en el contexto político y económico, contrario a las precuelas de la década pasada, sólo podemos hacer conjeturas con lo poco que sabemos.
*gl
